El día de hoy ocurrieron dos siniestros terroríficos en el territorio noreste de Pakistán. El primero fue un ataque relacionado con tensiones religiosas entre sunitas y chiitas; mientras que el segundo evento fue un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y presuntos insurgentes debido al aumento de terrorismo en la región. El saldo fue un total de 16 muertes, donde cinco maestros y dos trabajadores perdieron la vida, además de seis oficiales y tres presuntos rebeldes. El gobierno federal de la República Islámica lamentó los hechos, los condenó enérgicamente además de manifestar su profundo dolor y pesar por los asesinatos, en especial el de los maestros quienes "fueron atacados por parte de los enemigos del saber".
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El ataque religioso entre chiitas y sunitas dejó siete muertos
Desgraciadamente cinco maestros y dos trabajadores fueron brutalmente asesinados a balazos este jueves 4 de mayo. Los hechos se reportaron dentro de una escuela ubicada al noreste de Pakistán. Este ataque estuvo relacionado con las tensiones religiosas que actualmente existen entre sunitas y chiitas, al menos así lo confirmaron los elementos policiales y los funcionarios del gobierno de la República Islámica. Y es que debemos recordar que las diferencias entre estos musulmanes surgieron de un desacuerdo sobre quién debía suceder a Mahoma. Luego de esto adquirieron mayor significación política, así como dimensiones teológicas y jurídicas.
"Cuando los dos atacantes entraron —a la escuela— identificaron a los chiitas y los separaron antes de abrir fuego" contra ellos, contó a la agencia de noticias AFP, Muhammad Imran, jefe de la policía de Kurram, en las antiguas áreas tribales de Pakistán.
El terrible ataque se produjo unas horas después de que un miembro de la comunidad sunita —una de las ramas del islam— fuera brutalmente asesinado dentro de su automóvil. Luego de esto, las autoridades locales conversaron con ambas comunidades para restablecer la paz en el distrito, al menos así lo precisó el jefe de la policía de Kurram. Más tarde los incidentes fueron confirmados por un alto funcionario del gobierno de Parachinar, Amir Nawaz. Cabe destacar que esta zona es la principal ciudad del distrito mayoritariamente chiita que, desgraciadamente, tiene un largo historial de violencia confesional.
Los chiitas constituyen aproximadamente el 20 por ciento de la población de Pakistán, que cuenta con más de 220 millones de personas.
Un operativo que dejó seis oficiales y tres presuntos insurgentes muertos
A la par, otro evento se desarrolló al norte de Pakistán, pues seis miembros de las fuerzas de seguridad enfrentaron a un grupo insurgente, dejando como resultado un total de nueve muertos en combate. Y es que la República Islámica actualmente se encuentra en medio de un recrudecimiento de las operaciones en contra de de la insurgencia debido a la detonación del terrorismo en todo el país asiático. Dicho intercambio de disparos tuvo lugar en el área de Dirduni, ubicado en el distrito de Waziristan del Norte. Lo que pasó es que los soldados paquistaníes atacaron un refugio rebelde en una maniobra que dejó dos insurgentes heridos, al menos así lo detalló el Ejército paquistaní (ISPR) en un comunicado de su oficina de prensa.
Una vez que concluyó el enfrentamiento, los efectivos de las fuerzas de seguridad se trasladaron al lugar, el cual se ubica muy cerca de la frontera con Afganistán. Aquí rastrearon la posible presencia de otros grupos de la insurgencia. Desgraciadamente la situación en la República Islámica actualmente vive un repunte del terrorismo desde la llegada al poder de los talibanes en el país vecino, hecho que ocurrió en agosto del 2021. Esto reactivo los ataques de sus "hermanos ideológicos" paquistaníes y la situación escala de sobremanera en la región. Las autoridades no han podido parar el deterioro de la relación desde el pasado mes de diciembre, justo cuando el principal grupo paquistaní, conocido como "Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP)" reanudó el combate.
Lo que pasó es que anunciaron "el fin del alto al fuego", acuerdo alcanzado un mes antes con Islamabad —capital federal de Pakistán—. Simplemente los acusaron de incumplir sus compromisos en unas negociaciones de paz y nuevamente detonó el enfrentamiento entre los insurgentes y las fuerzas de seguridad. Ahora, ante este repunte de violencia el Gobierno anunció —el pasado abril— el lanzamiento de una operación antiterrorista para poner fin a las actividades insurgentes en su territorio. Previo a este evento, al menos tres soldados paquistaníes y ocho presuntos terroristas murieron la semana pasada en una serie de tiroteos similar en el noreste de Pakistán.
Según el Instituto de Estudios sobre Conflicto y Seguridad del país asiático (PICSS), el pasado mes de enero fue el periodo más mortal en términos de insurgencia, algo que no se veía desde julio del 2018, con al menos 134 muertos y 254 heridos en 44 ataques registrados.
Con información de AFP y EFE*
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