EL MAR ES IGUAL DE COMPLICADO

Insólito: el universo en realidad es de color café con leche

No es azul como el océano, no es un oscuro violeta o un verde estelar, aunque puede que nuestros ojos lo visualicen así.

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Un grupo de astrónomos determinó que si se divide en partes iguales la luz emitida por estrellas y galaxias, se "unifica" el cosmosCréditos: iStock

Cuando nos imaginamos el universo no podemos evitar ponerlo en un fondo obscuro como la noche con pequeños destellos de las estrellas o incluso las propias galaxias donde predominan los colores violetas, rojos, verdes y hasta turquesas. Sin embargo, un grupo de astrónomos ha determinado que el verdadero "rey" en el espacio es el "café con leche", ya que si promediamos toda la luz —es decir que dividamos la materia en partes iguales— rompe con todo paradigma estudiado hasta el día de hoy y nos muestra una imagen que nada tiene que ver con lo que nos retrata la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) en sus alucinantes imágenes.

Se pensaba que el color predominante era el turquesa, y esto no era un error, puesto que el universo "era joven". FOTO: NASA

¿Cómo fue la primera vez que un humano salió del planeta?

Un miércoles 12 de abril del 1961, el centro de operaciones del ambicioso programa espacial soviético en Bajkonur, puso —por primera vez— a un ser humano en órbita. Este cohete fue histórico y estuvo bajo la dirección del comandante de la fuerza aérea soviética Yuri Gagarin. Este hombre de luminosos ojos azules no fue escogido ni por su especial inteligencia, ni por su disposición física, que cabe recalcar que sí importan a la hora de mandar a una persona al espacio. Sin embargo, la característica determinante para llevar a cabo esta misión fue su altura.

Yuri Gagarin tenía que caber en la caja de sardinas que era la cápsula espacial. Finalmente, cuando se encontraba orbitando alrededor de la Tierra, este astronauta miró por la escotilla y escribió en su libro de bitácora: "La Tierra es bellísima. La veo rodeada de una aureola azulada, y dejando vagar la mirada por el cielo la veo pasar del azul al turquesa, de éste al violeta y a la oscuridad de la noche". El cosmonauta y piloto soviético poco pensó que 50 años después dos astrónomos norteamericanos iban a describir de manera parecida a todo el universo.

Describir el color del océano también es complicado

En un primer intento, se quiso practicar este ejercicio con el mar, los científicos se preguntaban de qué color era el océano. Según Karl Glazebrook, que junto con Ivan Baldry de la Universidad Johns Hopkins, son los que quisieron saber cuál era “el color del universo”, el agua de nuestro planeta es "bastante cercano al estándar turquesa pálido, aunque tiene un cierto porcentaje de verde", o al menos así lo describió en el 2002. Aunque esto solo es a nuestros ojos pues lo que se encuentra entre el aguamarina medio y el turquesa pálido solo es un reflejo.

Conforme fue avanzando la edad del cosmos, comprendimos que las estrellas envejecían y por ende el color predominante cambió. FOTO: iStock

Para descubrir lo que le pasaba al espacio, usaron el 2dF Galaxy Redshift Survey, un programa de observación de más de 200 mil galaxias repartidas de dos mil a tres mil millones de años luz. Con esta herramienta los astrónomos construyeron lo que llamaron El Espectro Cósmico, que representa toda la energía emitida por estas galaxias en cada color del espectro de luz visible. Entonces, teniendo en cuenta la intensidad luminosa de cada uno de estos elementos cósmicos, el turquesa pálido sería el color que veríamos si mezcláramos toda la luz del universo. Este no era un resultado extraño, de hecho nos traía recuerdos borrosos de un hogar al que abandonamos hace mucho tiempo, pues era similar al océano de donde emergimos hace 600 millones de años.

Determinar el color del cosmos es tan complicado como el del océano

Por ello es que si elegimos un "predominante" en nuestro universo, la respuesta saldrá a la luz con el del mar. Y es que en contra de lo que podamos pensar, el océano sí es azul la mayor parte del tiempo. Cualquiera que haya estado sentado en una playa sabrá que también tiene tonalidades verdosas e incluso puede descubrir el púrpura o el glauco. Es por esto el color del mar es indefinible. Sin embargo, algo curioso surge de todo esto y es que a medida que lo observamos con un ángulo más vertical, el azul se va haciendo más intenso. Esto explicaría por qué desde la ventanilla de un avión lo vemos de un azul purísimo. De hecho, con la superficie de las olas pasa lo mismo, pues las zonas con oleaje son de un azul mucho más acentuado.

Quien da color al océano es el cielo

Gracias a la ciencia hemos descubierto que quien le da color al mar es el cielo. De hecho la imagen de un arco iris uniendo al océano con nuestra atmósfera es un recuerdo metafórico y cursi de ello. Entonces, si el agua terrestre es de ese olor porque es el reflejo del cielo, la superficie del mar es una muestra de la luz dispersada por la atmósfera. Esto le confiere su característico color. A todo esto hay que añadir el hecho de que el agua absorbe más el color rojo que el azul y que se dispersa más el azul que el rojo. En términos claros, la conjunción de ambos fenómenos —junto con los barros, algas y aceites que contiene en suspensión— contribuyen a crear ese color indefinido, cercano al turquesa, que posee el mar.

Finalmente podemos desmentir que el morado, el negro e incluso el azul son los que más se ven en el universo. FOTO: NASA

No hay estrellas verdes y no hay nada turquesa en el universo

Los científicos finalmente aclararon que el universo tiene una tonalidad azul verdosa sorprendente, pero puntualizaron que no existen estrellas verdes. En cambio, lo que se ve más abundante en el universo son viejas estrellas rojas y jóvenes azules, las cuales inundan el cosmos de luz azulverdosa. Esto —aunque puede parecer extraño— en nuestros tiempos de escuela estábamos acostumbrados a obtener el verde mezclando el azul con el amarillo. Pero no tiene nada de extraordinario. De hecho, la mezcla de colores es distinta si usamos luz a si usamos óleo. Así, los colores que vemos en nuestro televisor o en la pantalla del ordenador, se obtienen a partir de los tres primarios, que son el rojo, verde y azul. De hecho, esta tecnología recibió el nombre de RGB, las siglas en inglés de esos tres colores.

Aquí entendemos que el poético turquesa no vivió demasiado tiempo en el cosmos pues al año siguiente los investigadores corrigieron su análisis e informaron que se habían equivocado. Pues el color del universo es de un blanco ligeramente beis. En definitiva, que del bonito azul claro que teníamos, hemos pasado al color café con leche. De hecho, si quieres ver cuál es, esta es la tonalidad en el espacio de color RGB: R = 255, G = 248 y B = 231. Sabemos bien que el nombre que le han dado es muy poco atractivo, pues el color “café con leche cósmico o cosmic latte" no suena tan poético y místico, pero es peor llamarlo solo "beis".

¿Cómo han conseguido obtener esta tonalidad?

Los astrónomos de la Johns Hopkins recogieron la luz proveniente de más de 200 mil galaxias y la han promediado. Esto significa que dividieron los conjuntos estelares en fracciones representativas, lo que en la Tierra se traduciría a que de todos los botes de pintura tomamos una parte y los mezclamos en un contenedor. Tras remover su contenido cuidadosamente, se "ingresó" un bote de cristal y se sacó la muestra. El color promedio de todos esos "botes de pintura es" —en buena aproximación— "el color del universo". Aunque debemos aclarar que a lo largo de la historia no ha sido el predominante. Al igual que en determinados momentos se pone de moda el azul o el amarillo, la propia evolución de las estrellas —que son los botes de pintura del universo— ha definido la moda del cosmos.

En realidad el rojo de las estrellas enanas poco a poco van cambiando a "un verde" el azul del cosmos. Pero se traduce a un "beis". FOTO: iStock

De hecho, cuando el universo era joven e iban apareciendo las primeras estrellas, el azul era el color predominante. Poco a poco, las estrellas iban envejeciendo y convirtiéndose en gigantes rojas. Esta nueva luz inundó el cielo y el azul fue haciéndose cada vez más verdoso. Finalmente el ritmo de la formación de estrellas jóvenes, que contribuyen con su luz al turquesa, ha descendido rápidamente en los últimos seis mil millones de años debido a la escasez de la materia prima con que se construyen, que son el gas interestelar.

Si esto sigue así, la población estelar del universo irá envejeciendo en un proceso parecido a lo que está sucediendo con la población europea. Entonces la luz se irá enrojeciendo paulatinamente hasta que llegará un día en que astrónomos de una lejana galaxia descubrirán que hubo un tiempo en que el color del universo era un "café con leche" pero que en ese momento es rojizo. Aquí sabremos que nuestro universo habrá envejecido.