HISTORIAS DEL NARCO

“Los cabros no llegan a viejos”: “Chinchón”, el escurridizo narco que sobrevivió a tres atentados por torturar a sus rivales

Guillermo Chinchón Pérez sobrevivió a tres ataques a balazos, hasta que una infección lo mató

MUNDO

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El capo sobrevivió a tres ataques directos.Créditos: T13

El “Chinchón” sobrevivió a tres ataques en su contra, el segundo lo dejó en muletas luego de que logró sobrevivir a una ráfaga de 13 balazos y solo quedó con heridas en su pierna izquierda. Entonces la vida del narcotraficante ya tenía precio tanto por las autoridades chilenas así como por capos rivales de la zona. El narco fue captado por las cámaras de video del Aeropuerto de Santiago cuando intentaba escapar a Cochabamba, Bolivia.

Los vecinos del capo lo recuerdan como un señor de apellido Chinchón, “era un narco importante de acá”, dijo un automovilista, mientras que una señora secundó al entrevistado al recordar que el delincuente vivía hacia arriba “ah sí vive para allá, de aquí derecho pa’ arriba”, describió la mujer sobre el narco de nombre Guillermo Chinchón Pérez.

Chinchón fue conocido en los inicios de su vida criminal como un asaltante, hasta que encontró su lugar dentro del crimen organizado en el tráfico de drogas, y con los años llegó a ser el líder de un importante grupo criminal con sede en el sur de la capital Santiago, según información del medio local T13.

Uno de los vecinos de “Willie” como también era conocido entre su círculo más cercano, afirmó que el camino al que fue el capo “no termina bien, no llega a viejo, como decían antiguamente. Los cabros no llegan a viejo. Porque se meten a un ambiente peligroso, ilícito, sucio. Entonces ese camino, al otro lado, donde termina ese camino está la muerte”, afirmó.

La familia de Chinchón estuvo involucrada en el narco. Foto: T13

La policía intervino algunas llamadas telefónicas donde el narco estaba vinculado a la actividad del narco y del sicariato. “Hasta el último perro que estaba involucrado, tenemos que matarlo… Torturados fueron, secuestrados y toda la hue… y más encima pa’l hospital”, dijo Chinchón.

El líder narco fue señalado de secuestrar, torturar, disparar y mutilar a quienes trabajaban para él, eso para saber quién le había robado media tonelada de cocaína:. “habla, habla chuche… ¿quien fue?, ¿quién te mandó?, ¿quién te dijo?”.

De asaltante a narco

De 2018 a 2022 escaló en la organización criminal hasta lograr aprender nuevas habilidades en el tráfico y manteniendo contactos con traficantes extranjeros al tener proveedores directos de cocaína con Bolivia. Chichón mantuvo en los puestos clave dentro de la organización a su propia familia entre ellos su pareja sentimental hasta su propio hijo: 

  • Georgia Ojeda Saldias, pareja y testaferro.
  • Guillermo Chinchón Díaz, hijo y brazo operativo.
  • Emilio Figueroa Reyes, brazo operativo en Chile.
Los tres altos mandos del grupo de Chinchón. Foto: T13

En cada llegada de cargamentos de droga, el movimiento era evidente ante el despliegue de automóviles de alta gama y algunos otros de carga. En las redes sociales Chinchón mostraba su arsenal de armas con la intención de que otros capo vieran su poder ofensivo. El jefe capo contrató a seguridad para evitar que otras bandas criminales los atacaran.

Guillermo y Georgia acudían personalmente a Bolivia para supervisar los cargamentos de droga, hasta que en un operativo en carretera hizo que la policía incautara media tonelada de droga. En otro operativo la policía de investigación encontró en una terreno drogas y automóviles de lujo.

Al perder una tercera carga de cocaína, Chinchón comenzó a tener deuda con su proveedores huyó a Cochabamba donde fue atacado una vez más a balazos cuando caminaba frente a un centro comercial. Los sicarios eran colombiano y recibió cuatro balazos, una vez más sobrevivió al ataque y fue trasladado a la cárcel de Alto Hospicio donde finalmente murió por una infección y no por las balas.

“Créeme que me estoy poniendo terrible maldito, terrible asesino… ando con hue… con pistola todos los días. Yo no voy a disparar ni una bala, van a matar por mí. Así ando todos los días, las 24”, dijo alguna vez el capo chileno.

RM