LO ENCONTRÓ EN OTRO PAÍS

Su hija fue violada y asesinada, por casi 30 años persiguió al culpable hasta que logró atraparlo

El asesino de Nancy Mestre huyó tras cometer el crimen, el padre de la joven luchó contra viento y marea para que la justicia llegara

MUNDO

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Solo quiere justicia para su amada hija. Créditos: Semana.

El 1 de enero de 1994 comenzó una pesadilla para Martín Mestre, pues su hija Nancy Mariana Mestre pidió permiso para salir con su novio Jaime Saade. La vio salir por la puerta de su casa, pero nunca más la volvió a ver entrar. Al despertar se percató de que la joven de 18 años no había regresado, por lo que fue a buscar a todos los boliches de la ciudad, al no tener pistas de ella, fue a la casa del hombre. Los hechos sucedieron en Barranquilla, Colombia

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Lo que vio es algo que lo acompaña todavía, la madre de Saade estaba limpiando el piso de la casa -era la sangre de la joven- y le dijo que su hija había tenido un accidente y estaba en el hospital, sin perder tiempo se dirigió al sitio señalado, encontrando al padre del sujeto, quien le indicó que Nancy se había tratado de suicidar. Durante ocho días luchó por su vida, pero perdió la batalla el 9 de enero, el día en que murió

“Vimos que el corazón palpitaba muy lento y comenzamos a sobarle las manitos y a cantarle canciones de cuna. Nosotros la ayudamos a morir y a entregársela a Dios. Solo pensábamos: ¡Dios mío, recíbela!”, dijeron al medio El Tiempo. 

Nancy tenía 18 años. Foto: especial. 

Una de la enfermeras que las atendió le dijo que su hija llegó envuelta en una sábana, la cual estaba sucia y llena de maleza, al escuchar eso dejó de cuadrarle la versión de que había intentado suicidarse, la idea de que había sido asesinada de un disparo en la cabeza se fincó aún más al ver que desde ese día Jaime Saade desapareció del país. 

El hombre no claudicó en su lucha. Foto: especial. 

Búsqueda implacable

Desde el día que el corazón de su hija se detuvo, para Martín comenzó una etapa en la que permaneció casi 29 años: buscar al asesino de su hija y hacerlo pagar por haberle arrebatado lo que más amaba. 

“Desde ese día vivo en función de si lo capturan. No es una obsesión, es un deber como padre”, dijo el hombre al diario El País.

Y es que un análisis forense reveló que sus sospechas eran ciertas, la joven no se suicidó, fue asesinada, pues la trayectoria de la bala demostraba eso. Además tenía lesiones compatibles con violación y piel bajo las uñas, señal de que luchó por su vida.  Con las pruebas, empezó acudió ante la justicia y consiguió que Saade fuera condenado a 27 años de prisión por los delitos de homicidio y violación. Pero el hombre seguía prófugo. Tras la sentencia, la Interpol emitió una orden de búsqueda internacional. 

Era buscado por la Interpol. Foto: especial. 

Mestre tomó cursos de inteligencia y logró acercarse a personas que conocían a Saade, no conseguí pistas y la sentencia estaba apunto de expirar (la fecha será en julio de 2023), una vez que el plazo se cumpliera, ya no podría hacer nada. Casi derrotado, una luz brilló en la oscuridad, varias palabras le dieron la clave de que podría estar en Brasil. 

En 2020, Saade fue arrestado por la Interpol en el Gigante Sudamericano, gracias a que Mestre dijo a las autoridades que el asesino de su hija se escondía en la ciudad brasileña de Belo Horizonte bajo el nombre de Henrique Dos Santos. Por una huella dactilar en un vaso de vidrio la policía determinó su identidad.

Tras el arresto, Colombia pidió la extradición, pero Brasil la negó y quedó libre. Las apelaciones no se hicieron esperar, el proceso se prolongó, pero el pasado 18 de abril se dio luz verde a la extradición, el hombre volvió a escapar, pero tras días después volvió a ser arrestado. 

DMGS

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