ONE DIRECTION ESTUVO INVOLUCRADO

Inventó que tenía un tumor cerebral para recaudar millones y conocer a famosos: luego murió por una rara enfermedad

Megan y su madre lograron conmover al mundo entero con una organización para niños con cáncer, pero pasaban sus días en hoteles de lujo de Disney World

MUNDO

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Megan fundó la organización "Believe in Magic".Créditos: Especial

A mediados del 2015 una organización benéfica que apoyaba la lucha de niños con cáncer se ganó el corazón de millones de personas en el mundo, incluso de celebridades como el grupo pop One Direction, que se sumó a la misión y atrajo grandes sumas de dinero en donaciones. Siete años después una exhaustiva investigación determinó que las fundadoras, Megan y su madre Jean, en esencia habían mentido sobre el tumor mortal de la primera, que llevó a crear la fundación. Parte del dinero había terminado en habitaciones de Disney de lujo y en cruceros. Pero la verdad es mucho más compleja que un simple fraude de gente sin escrúpulos.

Mientras Megan luchaba contra un supuesto tumor cerebral maligno fundó la organización "Believe in Magic" ("Cree en la Magia"). Junto a su madre conmovió a muchas personas que se sumaron a la causa para ayudar a niños gravemente enfermos a los que se les cumplieron deseos, fiestas e incluso conocer a celebridades.

"Es un increíble privilegio trabajar con 'Believe in Magic'", dijo en una gala de la organización Louis Tomlinson de One Direction. Megan y Jean no ocultaban su fascinación por codearse con famosos.

 "Cuanto más enferma está Meg más atención recibimos, más dinero ganamos", le confesó Jean a una amiga en otro evento de "Believe in Magic", según consigna la BBC en una investigación del caso.

En la foto de izquierda a derecha: Megan, Louis Tomlinson, Johanna, su mamá, y Jean.

Y es que a la par de las labores de la organización, Megan contaba a sus seguidores el día a día de su enfermedad. A los 13 años le diagnosticaron hipertensión intracraneal idiopática, lo que provoca una fuerte presión en el cerebro. Cuando llegó a los 15 su madre comunicó a la familia que tenía un tumor cerebral, por lo que inició su labor en la fundación para ayudar a otros niños con enfermedades graves.

"Believe in Magic" marchaba viento en popa, hasta el primer ministro de Reino Unido entregó un reconocimiento a Megan por su labor. Sin embargo poco después anunciaron que el tumor de la joven había empeorado y necesitaban cerca de $151,000 dólares para un tratamiento de emergencia. Debían viajar con celeridad a un hospital de Estados Unidos. Sus adeptos consiguieron la meta con suma facilidad y en menos de dos días entregaron el dinero.

La historia comenzó a despertar sospechas entre donadores y un grupo de padres de hijos con cáncer que encontraban extraño que no hablaran con claridad del padecimiento, el doctor que se encargaba del caso, vamos, ni siquiera mencionaban en qué hospital se atenderían. No se atrevieron a cuestionar en público a Megan y a su madre, pero hicieron las primeras investigaciones.

"Sospechaba un poco... quería asegurarme de que el dinero fuera al lugar correcto", dijo a la BBC Jo Ashcroft, quien se enteró del caso por la campaña de recaudación para Megan en Facebook. "No podía tolerar que estafen a la gente, y menos en la comunidad de pacientes de cáncer".

Cuando un año después Megan volvió a solicitar una fuerte suma de dinero para su tratamiento, Jo y otros padres pusieron más energía en las investigaciones y descubrieron que Megan y Jean no pasaban su tiempo en un hospital, sino en un hotel de lujo de Disney World en Orlando, Florida. Un investigador privado logró fotografiarlas bajando de un crucero de lujo, sonrientes y por su propio pie, Megan no requería asistencia de ningún tipo.

Ahí fue cuando decidieron confrontar y exhibir al supuesto fraude de "Believe in Magic" en un grupo de Facebook llamado "La verdad sobre Meg y Jean". Muchos donadores y seguidores se resistieron a creer en las evidencias y tacharon a los padres de mentirosos, los acusaron de emprender una campaña de odio contra ellas.

Megan y Jean se alojaron en un hotel de lujo de Disney World y no en un hospital. (Foto: Pixabay)

 "Es muy fácil dejarse atrapar por las mentiras de las redes sociales", respondió Jean de forma escueta a todos los cuestionamientos.

En 2018 los padres acusadores se llevaron un balde de agua fría, Jean comunicó que Megan había muerto a los 23 años en el Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía de Londres. "Todo lo que le dije es: 'Cariño, si quieres irte, ve y sé feliz'", expresó en Facebook.

"Fue acosada hasta la muerte", acusaron los seguidores de la organización a Jo y el resto de los padres investigadores.

Con las investigaciones forenses se supe que la verdad era muy compleja y en parte le dio la razón a los que cuestionaron la enfermedad de Megan. El informe determinó que no murió por un tumor cerebral, sino por una anomalía arrítmica en el corazón, provocada por la enfermedad del hígado graso que podría haber estado relacionada con el índice de masa corporal.

El cerebro de Megan era "morfológicamente normal", es decir no había un tumor grave que pusiera en predicamento su vida. También se determinó que había consumido altas cantidades de opiáceos, usaba recetas falsas para conseguir morfina, faltaba a las citas médicas y cambiaba constantemente de doctor.

¿Entonces qué fue lo que mató a Megan?

La fundación logró tener un podcast en la BBC.

El medio público británico logró entrevistar a las medias hermanas de Megan. Ellas dieron testimonio de la proclividad de su madre a hacerlas sentir enfermas o a poner obstáculos en su casa, casi como si quisiera "que algo les pasara". También revelaron que durante su infancia, cada que Jean escuchaba que alguien cercano tenía una enfermedad, se las achacaba también a sus hijas. Una tuvo un padecimiento renal y en lugar de eliminar toda la sal de su dieta, le dio con insistencia alimentos con alto contenido de sales.

Marc Feldman, experto en el "síndrome de Munchausen", revisó el caso y aseguró que sin lugar a dudas Megan y Jean se encontraban en ese diagnóstico. Este padecimiento provoca que los pacientes busquen tratamientos para enfermedades que saben que no tienen. A diferencia de los hipocondríacos, que exageran y entran en pánico porque verdaderamente creen que están enfermos. Era una FII (enfermedad inventada o inducida).

En este caso la atención mundial y el estar cerca de famosos también jugó un papel fundamental. Según el reporte, hay una tendencia en los últimos años en que la gente finge enfermedades para destacar socialmente.

También se encontró un faltante de $126,000 dólares en las donaciones.

Tras la muerte de Megan Jean desapareció del ojo público, cerró la fundación y se comprometió legalmente a no volver a presidir una organización benéfica en cinco años. 

"Pese a que no hubo un diagnóstico formal de FII en este caso, la presentación y las conclusiones del forense llevaron a todos los involucrados a considerar probable que fuera una FII", determinó un informe final de las autoridades.

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