Investigadores internacionales han advertido por el rápido derretimiento del hielo en la Antártida; aunado al llamado de emergencia, los expertos comentan que el fenómeno se complementa con la dificultad de formarse nuevas extensiones de hielo marino. De acuerdo con los especialistas, disminución de la extensión del hielo marino antártico comenzó a registrarse con mayor intensidad desde 2016, pero la masa del manto de hielo disminuye desde hace mucho tiempo.
La Antártida constituye un 90 por ciento del hielo mundial, pero este continente no se ha librado del cambio climático y el calentamiento global. Derivado del contexto mundial actual, las altas temperaturas han comenzado a derretir las capas de hielo desde hace ya unos años atrás.
Desde las últimas cuatro décadas, los expertos han advertido que el calentamiento global ha causado la disminución de la extensión media del hielo marino en el Ártico, pero no lo habían hecho en la Antártida.
En su sexto informe de evaluación, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indicó que la temperatura aumentará en la Antártida y la masa del manto de hielo seguirá disminuyendo, como lo ha venido haciendo desde 2016.
Los expertos han informado que lo más grave es que el crecimiento del manto de hielo es mucho más lento que su retroceso, lo que implica que, si sigue derritiéndose durante este siglo, su desaparición no será reversible a la escala de tiempo humana.
¿Qué pasaría si se derrite la Antártida?
Los investigadores del IPCC señalan que lo más grave del derretimiento del manto de hielo antártico serán las consecuencias para la vida humana en el planeta.
Especialistas comentan que este derretimiento contribuirá, durante mucho tiempo, a la elevación del nivel del mar, lo que va pondría a prueba la capacidad de adaptación de la humanidad. De acuerdo con los expertos, el aumento del nivel del mar va afectar particularmente a los países situados en los trópicos, los cuales incluso podrían desaparecer debido al aumento del nivel del mar.
Por otro lado, el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC) de la Universidad de Colorado en Boulder señaló que el hielo marino de la Antártida se redujo a 1.79 millones de kilómetros cuadrados el 21 de febrero. Esta cifra superó en 136 mil kilómetros cuadrados el anterior mínimo histórico registrado en 2022
El deshielo marino expone a las gruesas plataformas de hielo que sostienen la capa helada de la Antártida a las olas y a temperaturas más cálidas, aunque por el momento no tiene un impacto perceptible en el nivel del mar porque el hielo ya está en el océano.
Sin embargo, la capa de hielo, un espeso glaciar de agua dulce que cubre la Antártida, es objeto de especial atención por parte de los científicos debido a que contiene suficiente agua para provocar, si se derrite, un aumento catastrófico en el nivel de los océanos.
El ciclo antártico sufre importantes variaciones anuales durante sus veranos de deshielo e inviernos de congelación, y el continente no ha experimentado el rápido deshielo de las últimas cuatro décadas que asola las capas heladas de Groenlandia y el Ártico debido al calentamiento global.
Pero la elevada tasa de deshielo desde 2016 hace temer que se esté afianzando una importante tendencia a la baja. El deshielo marino es problemático porque contribuye a acelerar el calentamiento global.
Cuando el hielo marino blanco -que devuelve al espacio hasta el 90% de la energía solar- es sustituido por un mar oscuro y descongelado, el agua absorbe en cambio un porcentaje similar del calor del Sol.
Mundialmente, el año pasado fue el quinto o sexto más cálido jamás registrado, a pesar del enfriamiento provocado por un patrón meteorológico natural de La Niña.
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