El presidente de Rusia, Vladimir Putin sufrió un duro golpe y no fue precisamente por la guerra que enfrenta en Ucrania, ya que de acuerdo con informes de inteligencia, el ex agente de la KGB habría decidido aislarse por temor a que sea atacado y por consiguiente personas allegadas a él sufran los estragos la persecución que vive ante la Corte Penal Internacional (CPI) quien emitió una orden de aprehensión en su contra.
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De manera que Vladimir Putin decidió dejar su búnker colocado en una zona estratégica y boscosa cerca de la capital Moscú donde se había resguardado los últimos meses ante la amenaza de un posible ataque ordenado por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en un intento de contraatacar a la milicia rusa que ha mantenido su ofensiva desde hace poco más de un año en territorio ucraniano.
Por lo anterior, el representante del Kremlin abandonó a su última pareja sentimental y madre de sus gemelas, la ex campeona olímpica de gimnasia en Atenas 2004, Alina Kabaeva, con la que mantiene una relación en secreto, de forma no oficial, pero que desde hace años forma parte de su vida. Además del temor de ser atacado, Vladimir Putin habría dejado a su familia ante la frustración en el avance armado en Ucrania.
Según indicó el Daily Star, Putin se mantiene estresado al no poder conseguir la rendición de Ucrania ante su avanzada militar. En ese sentido, el mandatario ruso pasó gran parte de su tiempo dentro de una oficina en la fortaleza que es vigilada de manera cuidadosa por agentes de seguridad del Kremlin. En una entrevista televisiva, Vladimir Putin señaló:
“Tengo un departamento aquí, donde paso mucho tiempo últimamente. Trabajo aquí y pasó muchas noches a menudo”: Putin.
Putin vive con paranoia
Vladimir Putin permanece en un estado de paranoia porque garanticen su seguridad en caso de que además de Ucrania, sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se unan a la defensa ucraniana y ataquen al Kremlin, tal como han iniciado al enviar armas a la milicia del presidente Zelenski como armas largas y sobre todo tanques donados por Estados Unidos y Alemania.
En los últimos meses, se creía que Putin vivía tanto en su residencia oficial en Novo-Ogaryovo en las afueras de Moscú, y además lo hacía desde un palacio forestal en Valdai donde vivía con la gimnasta Kabaeva y sus hijos. Hubo una tercera vivienda oficial en Bocharov Ruchey en el Mar Negro y se cree que al presidente de Rusia posee otro palacio en la ciudad de Gelendzhik.
Pero el exagente de la KGB ha preferido irse a vivir a un departamento donde se siente más seguro, mismo sitio donde hospedó al presidente de China, Xi Jinping durante la visita de Estado que llevó a cabo la semana pasada, donde ambos estuvieron sentados junto a la chimenea bebiendo té y “hablando de todo lentamente”.
Aunque el portavoz del mandatario ruso, Dmitry Peskov, enfatizó que la decisión de Putin de pasar su tiempo cerca de su oficina fue un resultado directo de la guerra en curso en Ucrania. “Usa este apartamento porque su horario de trabajo está ocupado”, acotó
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RMG