Una menor, de 9 años de edad, consideró suicidarse debido a que su maestra la obligaba a utilizar pronombres masculinos y un nombre de varón. Los hechos ocurrieron en una escuela primaria de Long Island, en Nueva York, Estados Unidos; por este caso, los padres de la pequeña presentaron una denuncia, ante el Tribunal del condado de Suffolk, contra la educadora y la institución académica que permitía los abusos contra su hija.
Según los padres de la pequeña, Debra Rosenquist, maestra de quinto grado en la escuela primaria Terryville Road en Port Jefferson Station, comenzó a llamar a su hija de 9 años bajo el nombre de “Leo”, además, al referirse a ella utilizaba pronombres de género opuesto. Aparentemente las agresiones contra la menor iniciaron al comienzo del año escolar 2021-22, según se lee en la demanda presentada ante el Tribunal del condado de Suffolk.
Los padres han explicado, ante medios locales, que se dieron cuenta de la situación que enfrentaba su hija el pasado mes de enero, cuando el director de la escuela los llamó y les comentó que su “hijo” había estado realizando dibujos suicidas, donde mostraba a una niña sin vida y, además, había escrito “quiero suicidarme" y “me siento triste”, en varios de sus cuadernos. Rápidamente, los familiares de la menor acudieron a la escuela para aclarar la situación.
Al llegar a la academia, los tutores de la pequeña descubrieron que los directivos también se referían a su hija como “Leo”, por lo que aclararon que su hija era una niña y no un niño. Durante la charla con el director de la escuela, los padres se enteraron que la menor se había reunido con el psicólogo escolar y habría comentado que "estaba confundida acerca de su identidad de género". Al escuchar a las autoridades académicas, los padres de la menor dudaron que ella hubiera pedido que la llamaran “Leo” para identificarse como un niño, por lo que comenzaron a investigar lo sucedido.
De esta manera, los padres de la pequeña descubrieron, en redes sociales, que la maestra Debra Rosenquist no seguía el plan de estudios de la escuela y les enseñaba a sus alumnos sobre las personas transgénero; además, al hablar con su hija ella les comentó que su docente les había dicho que "trataran de ser homosexuales" o intentaran ser del sexo opuesto. Además, descubrieron que la educadora tenía libros LGBT+ que llevaba a la escuela, pero en vez de enseñar a los menores los hacía asumirse con un género que no se identificaban.
Luego de su descubrimiento, los padres de familia presentaron una demanda contra la educadora, acusando que la docente ha causado "humillación", "ansiedad", "dolor emocional" y "trauma" a su hija, quien incluso intentó suicidarse tras ser llamada con pronombres masculinos.
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