ENTREVISTA EXCLUSIVA

Mantener la neutralidad a pesar de la atrocidad: la visión del conflicto en Ucrania de una corresponsal de guerra

Emma Graham-Harrison, nombrada Periodista del año en el Reino Unido, relata en exclusiva sus experiencias en el conflicto ucraniano

MUNDO

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La guerra en Ucrania cumple un año.Créditos: Twitter / Ciudad de Kiev

Hace un año, con la incursión de las tropas rusas en Ucrania, el mundo tomó nota por primera vez de un conflicto bélico en Europa en el tiempo de la era de la información, donde lo que se dice y cómo se dice ha hecho que la balanza de la opinión pública cobre cada vez más importancia.

Emma Graham-Harrison es una de los cientos de periodistas que han sido desplegados al campo de batalla. Colaboradora de medios como The Guardian y The Observer, es una de las investigadoras que estuvo detrás del caso de Cambridge Analytica que desnudó cómo las redes sociales influenciaron definitivamente en los resultados de los comicios electorales en los Estados Unidos, y cuenta en exclusiva para El Heraldo de México sus impresiones como corresponsal de guerra.  

La guerra ha dejado huellas indelebles en la población. Foto: AFP

“Yo diría que como corresponsal lo importante es que, aunque veas una atrocidad, mantengas tu neutralidad. Si lo cuentas de la forma más neutral posible, el horror que estás intentando narrar tiene más fuerza, porque si hablo de mis emociones eso complica las cosas”, señaló Graham-Harrison en entrevista exclusiva.

Para la experta, ganadora del reconocimiento Periodista del año en el Reino Unido, lo importante es trasladar de manera sensible el testimonio de la guerra a los lectores implica que la apreciación personal de los periodistas sea muy discreta.

Miles de personas han muerto en la guerra. Foto: AFP

“Aquí ves a una mujer que está al lado del cuerpo de su hijo, es una cosa común. O escuchas las palabras de un hombre que ha sido capturado por los rusos y ha visto morir a sus amigos después de ser torturados; para mí es mejor dejar que las palabras de este hombre lleguen a los ojos de los lectores.

“Lo que quiero es que la gente entienda un poco cómo es estar ahí viendo estas cosas y para mí la mejor forma de hacer esto es no ponerme a mí misma en la noticia”, apunta.

La gente intenta vivir sus vidas de forma normal. Foto: AFP

La extraña normalidad de la guerra

Los principales frentes de batalla en este conflicto, que ha costado miles de vidas en ambos bandos, se encuentran tanto en el sur como en el oeste del territorio ucraniano. La tensa espera que se vive en grandes ciudades como Kiev o Leópolis, al norte, se combina con la normalidad con la que sus habitantes desean realizar sus vidas. 

La gente está intentando vivir algo parecido a una vida normal. Hay un toque de queda y entonces todo tiene que cerrar mucho más temprano. Por ejemplo, tienes que estar en casa a las once de la noche, es algo muy fuerte, porque como se trata de algo militar, no puedes llegar diez minutos tarde. Los restaurantes, bares y tiendas cierran más o menos a las nueve, y entonces si sales, por ejemplo, a las ocho al restaurante, puedes ver a gente paseando y tomando cosas en las calles.

Los niños sufren con la expectativa de la guerra. Foto: Twitter / Emma Graham-Harrison

“Puedes pensar por un momento que hay normalidad, pero a las 9:30, entonces verás a la gente yendo a casa. Especialmente en Kiev se nota que los grupos no son solo de hombres y mujeres, hay mucha gente con niños que se han unido por miedo o porque no quieren que los niños vivan con ese temor”, relata. 

Los ataques contra blancos civiles se han recrudecido durante fechas recientes, por lo que la sensación de inseguridad en las grandes ciudades, incluyendo Kiev, la cual se encuentra a una distancia considerable del alcance de las armas convencionales usadas por el ejército ruso, también ha aumentado.

Muchas personas han abandonado sus lugares de origen. Foto: AFP

“Kiev ya está fuera del rango de las armas normales de los rusos, solo pueden llegar con misiles crucero, que son muy caros incluso no tienen mucho tiempo para manufacturar un misil, aunque claro, están matando a civiles en todo el país. Yo diría que la gente que tiene niños se ha ido a otros países o al campo, a un lugar donde se sienten un poco más seguros. En las ciudades hay mucha gente con uniformes, hay menos hombres en edad militar, porque ellos están luchando en el frente de batalla.

“Es algo difícil de describir, porque por un lado quieren mantener la normalidad, dicen que no solo están luchando por la tierra, sino por la vida de la nación. Todos están bajo esta sombra enorme y cada día más hay menos gente que no han sufrido la pérdida de un ser querido por la guerra”, lamenta.

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