Mientras Siria llora a sus muertos -muchos de los cuales continúan bajo los escombros- y trata de retomar el hilo de una vida de dificultades tras el devastador terremoto magnitud 7.8, el más devastador del Siglo XXI, su capital, Damasco, fue bombardeada este sábado 18 de febrero de 2023 por Israel, lo que causó el desplome de un edificio residencial en Kafersuseh, y la muerte de al menos 15 personas, entre las víctimas mortales se incluyen varios civiles, según dio a conocer en Ministerio de Defensa.
De acuerdo a la agencia estatal siria de noticias, SANA, varios edificios resultaron dañados tras el bombardeo. Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) indicó que los misiles impactaron cerca de un centro cultural iraní. Hasta el momento no se ha informado el número de personas que resultaron heridas, según detalló AFP.
Mediante un comunicado, el Ministerio de Defensa de Siria informó que “A las 22:00 horas del día de hoy (tiempo local), el enemigo israelí llevó a cabo un ataque aéreo con ráfagas de misiles desde la dirección del Golán sirio ocupado, teniendo como objetivo algunos puntos de la ciudad de Damasco y sus alrededores, incluidos barrios residenciales habitados por civiles. Nuestros medios de defensa aérea interceptaron los misiles de agresión y derribaron la mayoría de ellos”.
En redes sociales circulan varias imágenes y videos que muestran la devastación que el bombardeo provocó en varios inmuebles de la capital siria. También puede verse el momento en que los misiles impactan su objetivo y el destello rojo que producen.
Desde el inicio de la guerra en Siria, en 2011, Israel ha lanzado varios bombardeos aéreos contra el país vecino, dirigidos en especial contra puestos del ejército sirio, las fuerzas iraníes y del Hezbolá libanés, aliados del régimen sirio. El Estado judío raramente comenta sus acciones contra dicha nación, pero suele indicar que no permitirá que Irán extienda su influencia hasta su frontera.
Un día más de calamidad
El viernes 17 de febrero, Siria vivió una jornada intensa, la cual comenzó a esbozarse la noche del jueves 16, cuando las fuerzas estadounidenses y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) llevaron a cabo un ataque conjunto en el que fue asesinado Hamza al-Homsi, líder de ISIS, una facción del Estado Islámico (EI).
La siguiente jornada, el Estado Islámico atacó a varias personas que recolectaban trufas en el desierto de Siria, dejando un total de 53 muertos, 46 civiles y siete militares, según informó el director del Hospital de Palmira. Este tipo de emboscadas se han vuelto común, seis días antes se registró una similar que dejó 16 víctimas mortales.
DMGS
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