Un hombre originario de Missouri en Estados Unidos realizaba una exploración dentro de una cueva cuando inesperadamente durante el trayecto encontró una perrita, al verla se sorprendió bastante y decidió ayudarla.
Debido a que se encontraba unos 150 metros hacia abajo, el hombre llamado Gerry Keene llamó a un equipo de rescate para que le ayudaran a subir a la indefensa perrita.
El animal se encontraba delgada, con el pelaje sucio y despeinado, y se había acurrucado para protegerse en una losa de roca, pero demasiado débil para mover la cola o gemir.
“Nos dimos cuenta de que sería difícil sacarla porque estaba demasiado débil para caminar”, relató Keene, de 59 años mediante su cuenta de Facebook.
Así que tomó una foto de la perra y fue el jefe de bomberos, Rick Haley, quien se ofreció a adentrarse en la oscuridad con Keene y ayudar a sacar al cachorro.
“No se sabe cuánto tiempo había estado allí abajo, pero sabíamos que teníamos que sacarla”, señaló Haley, fue en ese momento cuando los bondadosos hombres decidieron que la única forma de rescatar a la perra herida era volver a bajar y subirla.
“Si no la sacábamos, moriría allí dentro”, pensó Haley, de 66 años, un espeleólogo con 30 años de experiencia.
Pero antes de que comenzara el rescate, Gerry publicó la foto de la perra a los residentes de área cercana a la cueva e inesperadamente uno de ellos la reconoció como Abby, una can de raza criolla que había desaparecido el 9 de junio.
Comenzó la misión para rescatar a Abby
Durante unos 15 minutos, caminaron y se arrastraron hasta llegar a Abby, tardaron más de una hora en sacarla con cuidado por los túneles, lo único que hacía la mascota era mostrar la cabeza por la parte superior de la bolsa donde fue introducida.
Sin embargo, Abby estaba tranquila y relajada mientras la trasladaban por los pequeños espacios, además de que estaba débil y desnutrida por lo que sus movimientos resultaban sin fuerza.
Finalmente lograron salir a la superficie con Abby, y su propietario Jeff Bohnert agradeció la gran labor que acababan de realizar y de inmediato la acogió para llevarla de vuelta a casa.
El dueño de Abby se mostró incrédulo al conocer que su aventurera perra había sido encontrada a 150 metros bajo tierra, dos meses después de su desaparición.
Él y su esposa, bañaron con delicadeza a la criatura y cocinaron un fortalecedor caldo de pollo para dárselo en pequeñas cantidades para que su estómago volviera a acostumbrarse al alimento.
De acuerdo con Jeff su perrita estaba jugando sin correa con su otro perro cuando inesperadamente desapareció y aunque indicó que la buscó no tuvo suerte y perdió la esperanza.
Abby había sido su mascota desde hace 14 años, desde que la consiguió como cachorro para su hija, por lo que están felices de haberla encontrado.
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