TRAGEDIA EN GALES

La pandemia le causó ansiedad y depresión: un policía no aguantó más, asesinó a su bebé y luego se suicidó

El hombre dejó una carta explicando sus motivos: estaba aterrado por lo que vendría después de que diagnosticaran con autismo al niño

MUNDO

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La policía dijo que David y el pequeño Harrison murieron por asfixia.Créditos: West Mercia Police

Un oficial de West Mercia, en Gales, se suicidó después de asesinar a su pequeño hijo de tres años, quien recientemente había sido diagnosticado con sospecha de autismo. La policía dijo que David Louden dejó una nota suicida para su esposa diciéndole que "ella estaría mejor sin él" y luego abrió el gas para que los dos murieran asfixiados.

“No puedo ver a Harrison retroceder y asustarme y confundirme con el mundo que lo rodea. No puedo dejar que eso nos destruya, la presión y mi mente enferma ganaron. No podía ver que esto se pusiera peor. La única forma es morir, no podía dejarte con Harrison, sería demasiado. Lo hice por amor y desesperación”, decía la carta que le dejó David a su esposa Sam.

La tragedia ocurrió el 13 de agosto del año pasado, cuando David y su hijo Harrison volvieron antes de un viaje familiar, pues el oficial le había dicho a su esposa -que también es policia- que no se sentía cómodo en sus vacaciones; entonces acordaron que ambos regresaría antes a su casa.

Sam, esposa de David, relató durante una audiencia que tuvo lugar este 30 de junio, que el agente del orden había estado lidiando con varios problemas de salud mental, pues durante la pandemia el hombre de 39 años experimentó depresión y ansiedad. Aunque Louden tomó terapia en línea y le recetaron mediamentos, no sentía que este tratamiento realmente lo estuviera ayudando.

El palabras de la mujer, "el confinamiento lo tenía enloquecido", ya que debido a las restricciones por la pandemia de Covid-19 no podía asistir a terapia "cara a cara" para atender sus propios asuntos, pero tampoco para tratar con el diagnóstico que le habían hecho al pequeño Harrison.

El niño estaba muerto en su cama. Foto: Pexels

No pudo con la presión

El día que ambos fueron hallados muertos, Sam había llamado a la policía porque su esposo no le contestaba los mensajes, además de que tuvo un mal presentimiento cuando revisó vía remota la cámara de seguridad instalada en el cuarto del bebé y notó que en varias horas el niño no había cambiado de posición.

"Se me hizo un nudo en el estómago, sabía que algo no estaba bien (...) Sabía que Dave estaba deprimido pero no tenía idea de que estaba contemplando el suicidio, nunca se discutió y no era una preocupación", se lee en una declaración de Sam, difundida por el Birmingham Mail.

Cuando la policía llegó a la casa de la familia Louder, encontraron muertos al niño y a su padre. David había premeditado todo y dejó varias cartas: una suicida, la otra dirigida para su esposa y otras más para sus familiares y amigos, en las cuales hablaba sobre cómo se sentía y lo aterrado que lo tenía el futuro de Harrison, además de que alertaba sobre sus planes de suicidarse.

La mujer declaró ante las autoridades que meses antes de la tragedia, su marido le había dicho que creía que ella y el bebé estaría mejor sin él, por lo que pensó que en cualquier momento los abandonaría. Ahora afirma que -aunque lo amaba demasiado- jamás perdonará a su esposo por haberle quitado la vida al bebé, pues independientemente de cómo se sentía, eso no le daba el derecho de matarlo.

 

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