El expresidente de Bolivia, Evo Morales, decidió pasar a la ofensiva contra la administración de su heredero Luis Arce y le reclamó públicamente la falta de obras y la permanencia en el cargo del ministro de gobierno.
Respaldado por el principal sindicato de cocaleros, del que es líder, Morales dijo que le envió una carta a Arce para evaluar la gestión del titular de gobierno, Eduardo del Castillo.
Otro sindicato de la región del exmandatario amenazó con iniciar protestas con cortes de rutas si Arce no escucha el pedido.
Morales es líder del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) que controla la mayoría en la Asamblea Legislativa, pero la semana pasada perdió una batalla al no lograr que los legisladores censuraran a Del Castillo.
El mandatario respaldó la gestión de su ministro durante una ceremonia y evitó hacer comentarios sobre las discrepancias. Líderes oficialistas reconocieron las disputas, pero rechazaron que haya división.
Arce fue el cerebro del modelo financiero de Morales que dio al país estabilidad y crecimiento durante el auge de las materias primas y como Presidente ha seguido la política de su mentor con una economía estatista.
CAR