Durante el apogeo del colombiano Gilberto Rodríguez Orejuela como uno de los narcos más poderosos del mundo, los capos solían celebrar su ascenso en el “mundo empresarial” con excentricidades y todo el lujo que el dinero puede dar, tal era el caso de contratar a los cantantes del momento para que amenizaran sus reuniones privadas.
Justo a finales de la década de 1980, el Divo de Juárez, Juan Gabriel, fue contactado por las esferas del Cártel de Cali, fundado por Gilberto Rodríguez Orejuela alias El Ajedrecista, para que precisamente deleitara al narco para su cumpleaños número 50, ya que el cantante mexicano formaba parte del gusto del líder criminal.
Era 1989 y la popularidad de “Juanga” estaba consolidada, casi a la par de la distribución de toneladas de cocaína que El Ajedrecista y su hermano Miguel Ángel Rodríguez Orejuela realizaban en Queens en Nueva York, Estados Unidos, para hacer frente al otro imperio delincuencial de su connacional Pablo Escobar con el Cártel de Medellín.
Juan Gabriel acudió al concierto privado en Cali
El representante de Juan Gabriel no dudó en cerrar el contrato para que el cantante del "Noa-Noa" acudiera al concierto privado de acaudalados hombres de negocios. Juan Gabriel tomó un vuelo de la ciudad de Miami, Estados Unidos rumbo a Cali, Colombia donde ya lo esperaba una comitiva que lo llevarían a una finca en un helicóptero privado.
Fernando Rodríguez Mondragón, hijo El Ajedrecista, contó en la autobiografía de su padre, que la música de “Juanga” era bastante del gusto de su progenitor, por lo que su llegada a la finca como parte de su cumpleaños fue uno de los mejores regalos que le dieron al narcotraficante.
Sin embargo, todo marchaba en calma con normalidad, hasta que el cantautor mexicano fue retado por uno de los líderes del Cártel de Cali para que le hiciera una broma pesada al festejado Rodríguez Orejuela durante su presentación.
El “beso de Judas” de “Juanga”
La broma consistía en que Juan Gabriel tenía que besar al narcotraficante. “Juan Gabriel quedó junto a mi padre, le colocó una mano en el hombro, tomó aire y remató con todos sus pulmones la emotiva canción”, relató Fernando Rodríguez.
“Y cuando la sala se cubría de sonoros aplausos, incluidos los de mi padre, Juan Gabriel se agachó y le dio un sentido beso”, relató el hijo del narco.
Tras el íntimo acercamiento, Gilberto Rodríguez Orejuela quedó sorprendido y de inmediato increpó al cantante por “su atrevimiento”.
“Qué haces, qué te pasa", dijo Gilberto. “Fue entonces cuando otro narcotraficante, ‘Chepe’ Santacruz, se metió en la discusión, mi padre lo golpeó y los ánimos comenzaron a calentarse”, reveló Rodríguez Mondragón.
Con el altercado a flor de piel, algunos de los integrantes narco del Cártel de Cali lograron sacar al Divo de Juárez del peligro que corría y rápidamente fue llevado de regreso al aeropuerto de Cali. “En 20 minutos él (Juan Gabriel) ya estaba viajando de regreso. Mi papá y Chepe discutieron, y tras unos minutos el problema quedó solucionado”, recordó el hijo del fundador narco.
Gilberto Rodríguez Orejuela falleció este martes por la noche a los 83 años de edad, mientras cumplía una condena de 30 años acusado de narcotráfico dentro de la cárcel federal de Butner en Carolina del Norte, Estados Unidos.
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RM