Más de cuatro mil 300 niños y adolescentes murieron en 2020, en Estados Unidos, en plena pandemia de COVID-19, por lesiones relacionadas con armas de fuego, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El récord demuestra un incremento significativo, la tasa de muertes por armas de fuego de menores de 14 años se disparó en 50 por ciento desde finales de 2019 hasta fines de 2020, dicen los CDC.
Todos ellos murieron en una epidemia única en Estados Unidos, donde de media, al menos un niño recibe un disparo cada hora de cada día. Muchos sobreviven, pero muchos otros no, subrayó por su parte, The Washington Post.
En 2017, año en el que reapareció a la circulación El Heraldo de México, 2,462 niños en edad escolar fueron asesinados por armas de fuego en EU, dice estudio publicado por American Journal of Medicine.
Investigadores ven el problema como una consecuencia de los traumatismos no tratados por el coronavirus y un aumento en la compra de pistolas durante la pandemia.
Por su parte, el periódico The New York Times explicó esta alza debido a que los niños más pequeños encuentran estos artefactos debajo de la ropa y entre cojines de los sillones en sus hogares.
Mientras, los adolescentes consiguen armas fantasma que son hechas con kits que adquieren en online y los jóvenes de secundaria portan pistolas para protegerse.
Esta situación ha llevado a que las ciudades de todo el país, en conjunto con los departamentos de Policía, inviertan millones de dólares para llevar a cabo programas de intervención de violencia.
El pasado diciembre se realizó un curso de seguridad con armas para padres e hijos.
Las grandes ciudades del país como Washington, Chicago, Filadelfia, Houston y Milwaukee, concentran gran parte del número de víctimas. Esta problemática ha llevado a que menores de cinco años resulten heridos al dispararse a sí mismos, agregó Gun Violence Archive (GVA).
En la capital del país, nueve niños murieron en homicidios con armas de fuego el año pasado. En Los Ángeles, 11 recibieron disparos mortales. En Filadelfia, 36. En Chicago, 59. Esas cifras no incluyen los cientos de otros niños que murieron en tiroteos accidentales y por suicidio, puntualizó el Post.
Expertos indican que, en su mayoría, los propietarios adultos de las armas no son acusados cuando sus artefactos están involucrados en tiroteos que matan a menores de edad, situación que despierta una preocupación entre las familias estadounidenses.
Mientras, la empresa Everytown for Gun Safety explicó que la gran mayoría de las muertes y lesiones por disparos no intencionales en menores de edad ocurren en los hogares estadounidenses.
Más de 80% de los suicidios de menores involucran un arma que pertenece a un miembro de la familia. Asimismo, agregó que 4.6 millones de niños estadounidenses viven en hogares con al menos un arma cargada y desbloqueada.
Según la investigación, que se publicó en el New England Journal of Medicine, el aumento del número de muertes de menores y jóvenes de entre uno y 19 años en EU incidió en la subida total de 33% que se reportó en el número de homicidios nacionales.
Hasta marzo pasado, se han contabilizado alrededor de 74 niños víctimas de la violencia armada en EU, según GVA. "A menudo, los niños muertos por alguna arma de fuego son recordados sólo por breves noticias o angustiosos obituarios. Pero la forma en que vivieron es tan importante como la que murieron", editorializó el Post.
PAL