CORONA BRITÁNICA

En Reino Unido, Isabel II se ausenta y delega apertura del Parlamento al Príncipe Carlos

El largo reinado de Isabel II entró ayer en nuevo territorio, cuando por primera vez en siete décadas

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El largo reinado de Isabel II entró ayer en nuevo territorio, cuando por primera vez en siete décadasCréditos: Foto: Reuters

El largo reinado de Isabel II entró ayer en nuevo territorio, cuando por primera vez en siete décadas, la monarca delegó la apertura formal del Parlamento a su hijo y heredero, el príncipe Carlos.

La ceremonia, que incluye la lectura del discurso de la Reina que detalla el programa del gobierno, es considerada un símbolo importante del papel constitucional.

La decisión de Isabel II de delegar su papel al Príncipe será vista por el púbico como evidencia de que la transición está en curso, con la monarca de 96 años permaneciendo en el trono, pero encargando más responsabilidades a Carlos.

En sus 70 años de reinado, únicamente ha faltado a esta cita en dos ocasiones: en 1959, cuando estaba en las últimas semanas de embarazo del príncipe Andrés; y en 1963, antes del nacimiento de su hijo Eduardo.

Pero, debido a sus "problemas de movilidad y, tras consultar con sus médicos, decidió a regañadientes" delegarlo este año, explicó la Casa Real.

La salud de la monarca es motivo de preocupación desde que los doctores le ordenaron guardar reposo en octubre y estuvo una noche hospitalizada para someterse a "pruebas" médicas.

Carlos, de 73 años, no llegó en carroza sino en un Rolls-Royce con techo transparente, acompañado por su esposa Camila.

Tampoco vistió la tradicional capa de armiño sino un uniforme militar con múltiples medallas, ni llevó la pesada corona ornada con piedras preciosas que presidió la sesión sobre un cojín ante el espacio vacío dejado por el trono ausente de la soberana.

El Príncipe de Gales se sentó al lado, en un trono menor que ya ha ocupado en otras ocasiones junto a su madre. Acompañado por Camila y su hijo Guillermo, de 39 años, número dos en la línea sucesoria, leyó el discurso con la misma voz monótona, solemne y aplicada de la reina, ante los diputados y los Lores reunidos.

A pesar de la ausencia de Isabel II, el acto se celebró con toda la pompa que manda la tradición británica.

AFP, AP Y EFE

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