ASESINOS SERIALES

De terror: Mató a sus mejores amigas y las hizo jabón, la asesina serial que horrorizó un pequeño pueblo

Leonarda Cianciulli no tenía muy claro el concepto de amistad, ya que se convirtió en la asesina serial más famosa de Italia

MUNDO

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Cualquier traición por parte de un amigo puede llegar a ser muy dolorosa. Lo más probable es que la relación se acabe; sin embargo, existen casos en los que la pena puede acabar en una desafortunada y trágica muerte.

Tal es el caso de Leonarda Cianciulli, una mujer que vivió en Montella, provincia italiana de Avellino, alrededor de 1900, y la cual no tenía muy claro el concepto de amistad, ya que alcanzó el extraño mérito de ser la asesina serial más famosa de Italia. La mujer, conocida también como “la jabonera de Correggio”, se casó con Raffaele Pansardi, un funcionario con el que se fue a vivir a Lariano, en la Alta Irpinia. La pareja tuvo 12 hijos.

Ahí fue cuando conoció a sus tres mejores amigas con las que solía pasar cada tarde: Francesca Clementina Soavi, Virginia Cacioppo y Faustina Setti.

La primera víctima de la asesina serial fue Faustina, la cual desapareció de Correggio. Los habitantes de Correggio la vieron por última vez cuando entró en la casa de Leonarda. Aun así, esto no levantó sospechas, ya que todo el mundo veía normal que la mujer se despidiera de su mejor amiga.

La realidad fue muy diferente: Cianciulli hizo creer a Faustina que iba a encontrar a su futuro marido en Pola, así que la convenció para salir y para que, mientras tanto, le dejara una carta con poderes notariales para administrar su patrimonio. 

Posteriormente, la atrajo a su casa por última vez y la mató; arrastró el cadáver y lo descuartizó brutalmente. En seguida, la asesina encendió la olla de la colada, metió sosa cáustica y derritió las partes del cuerpo en agua hirviendo.

Según sus propias palabras, en su libro de memorias "Confesiones de un alma amargada": "Eché las partes en una olla, añadí siete kilos de soda cáustica, que había comprado para hacer jabón y agité la mezcla hasta que las partes se disolvieron en una espesa papilla, oscuro, que vertí en varios cubos (…) En cuanto a la sangre en el cuenco, esperé hasta que hubo coagulado, la sequé en el horno, la molí y mezclé con harina, azúcar, chocolate, leche y huevos, así como un poco de margarina; amasé todos los ingredientes. Hice un montón de pastas de té crujientes

La segunda víctima

La segunda víctima fue Clementina. Poco antes, Clementina empezó a comentar a sus allegados que  había encontrado un trabajo como directora de un internado en Piacenza. Clementina no partió sin pasar antes por la casa de Leonarda Cianciulli, donde después de que fuera asesinada, fue transformada en jabón y postres.

La desaparición de Soavi tampoco despertó las sospechas de nadie. Antes de partir a su nuevo trabajo confió el mobiliario de la casa y todos sus bienes a Cianciulli, para que ella pudiera venderlos y enviar los beneficios a la Toscana.

La tercera víctima

La última víctima fue la ex cantante Virginia Cacioppo que consiguió trabajo como secretaria para un empresario teatral en Florencia. Su final también fue en una olla.

No obstante, este último crimen fue el que provocó la caída de la asesina. La cuñada de Cacioppo de inmediato notara su ausencia y le avisara a la policía que la había visto entrar en el local de Leonarda para nunca salir de allí. Cuando los agentes llegaron a su casa, encontraron todas las evidencias de sus crímenes en el lugar. 

En 1946 Leonarda Cianciulli fue condenada a 30 años de cárcel. Murió en prisión el 15 de octubre de 1970 a causa de una hemorragia cerebral.

 

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