La crisis que vive la agotada Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en la zona limítrofe con México está recibiendo más atención del gobierno de Joe Biden, debido a que lidia con uno de los mayores picos de inmigración en décadas, problemas de pago, vivienda y capacitación.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) identificó el año pasado migrantes de todo el mundo, en unos 1.7 millones de encuentros en la frontera entre México y Estados Unidos.
La Guardia Nacional de Texas, por ejemplo, desplegada en la frontera sur bajo la iniciativa de inmigración del gobernador Greg Abbott, Operation Lone Star, está en problemas debido a que cuatro guardias se suicidaron en los últimos cinco meses.
La cadena ABC News platicó con tres soldados de la Guardia, que pidieron que no se usaran sus nombres para poder hablar libremente sobre los problemas que, según dicen, están afectando la moral de algunos de sus compañeros de servicio desplegados en la frontera.
Dicen que los problemas van desde retrasos en los pagos hasta arreglos de vivienda deficientes y capacitación inadecuada para ayudar a la Patrulla Fronteriza a detener a los inmigrantes.
Mientras, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que supervisa la Patrulla Fronteriza, presentó una lista de 19 formas para mejorar las condiciones de trabajo, tras encontrar fríos recibimientos de los agentes, indicó Chris Magnus, el nuevo comisionado de la CBP.
Mayorkas también publicó un documento prometiendo que se aumentarían los procesos contra personas acusadas de agredir al personal del CBP durante su trabajo, un problema planteado en una reunión en Laredo, Texas, dijo Magnus.
Esa frustración quedó demostrada el mes pasado en Laredo, cuando varios agentes se reunieron con Mayorkas y el jefe de la Patrulla Fronteriza Raul Ortiz, que admitió que la moral estaba en un "mínimo histórico", según un video filtrado por The Washington Examiner.
En otra reunión en Yuma, Arizona, Mayorkas dijo a los agentes que comprendía que detener a familias y niños "no es para lo que se inscribieron” y que sus trabajos se estaban haciendo más complejos ante un pico de llegadas de cubanos, nicaragüenses y venezolanos.
Esfuerzos por abordar las condiciones de trabajo de los agentes coinciden con las críticas a Biden por la inmigración. El Presidente ha intentado revocar medidas duras de su predecesor, pero se ha visto presionado por la situación en la frontera, que podría complicar las cosas a los demócratas en las elecciones de media legislatura.
REDACCIÓN Y AP
MAAZ