HISTORIAS DEL NARCO

Narcos que no parecen narcos: los capos "invisibles" que operan en Colombia

Los "nuevos narcos" colombianos creen firmemente que el dinero está encima de las balas para persuadir a cualquier persona

MUNDO

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Los nuevos narcos han dejado de viajar en autos de lujo.Créditos: Pixabay / Especial

Los narcotraficantes suelen ser una suerte de cliché al momento de ser identificados físicamente cuando algunos de ellos "visten bien", ya sea que copiaron el estilo de alguna película o bien los cineastas se basaron en los capos del tráfico de drogas para que sean fácilmente localizados, o al menos eso es lo que en los últimos tiempos los medios y las series de televisión han mostrado a la opinión pública.

Así lo mostró la película El Infierno (2010) escrita y dirigida por Luis Estrada que presentó a Damián Alcazar y a Joaquín Cosío como “El Benny” y “El Cochiloco”, dos sicarios que vieron en el narco la oportunidad de “progresar” económicamente ante la precariedad de su pueblo al norte del país luego de que “El Benny” fuera deportado de Estados Unidos y se encontrará la crisis financiera que azota a la nación.

Durante la historia, se ve a los dos capos en su proceso de transformación ataviados con grandes cadenas de oro, trajes de vestir elegantes, sombreros y lentes de alta gama con cinturones con grandes hebillas y sus armas hasta chapadas con algún metal precioso haciendo alarde de las “grandes cantidades de dinero” que logran una vez dentro del crimen organizado.

"El Benny" como nuevo narco. Foto: Especial

En Colombia, que junto con México es la nación donde más gente se une a las filas del narcotráfico, en la década de 1980 y 1990, los narcos comenzaron a surgir en la nación cafetalera, donde los traficantes de drogas ilícitas demostraban los excesos que podían tener con los ingresos que generaban en la clandestinidad.

De ahí que incluso puedan ser vecinos de cualquier familiar de clase media o alta y envíen a sus hijos a las mejores universidades de paga tanto nacionales como en el extranjero, o bien se dediquen a vestir con ropa de reconocidos diseñadores de otros continentes, o además tengan grandes propiedades de lujo con animales exóticos dentro. 

El secreto para ser un narco “sin serlo”

Pero en Colombia hay un caso especial donde los narcos no visten, ni se comportan como sicarios e incluso no hablan como ellos, es una nueva generación de traficantes colombianos que documentó la BBC Mundo, quienes son señalado de ser gente mucho más formada que la que fundó el negocio hace más de cuatro décadas, capaz de moverse con solvencia entre las clases altas y pasar debajo del radar de las fuerzas antidroga mundiales con asombrosa habilidad, describe el medio citado.

Entre las principales características que tienen los “nuevos narcos” colombianos destaca que creen ciegamente en que el dinero está encima de las balas al momento de persuadir a cualquier persona, además de que actúan en la sociedad con un bajo perfil con una moderada solvencia en el mundo financiero y con pocas o casi nulas excentricidades.

Pablo Emilio Escobar fue el ejemplo del narco que estaba en las altas esferas públicas y en la opulencia cuando fue incluso diputado suplente y presumía su fortuna desde Las Vegas hasta las playas de Río de Janeiro, además de derrochar sus vastos ingresos desde el crimen organizado con la adquisición de mansiones donde tuvo un zoológico personal con especies de animales importadas desde Estados Unidos y África.

Pablo Escobar derrochó su poder y fortuna. Foto: Especial

Asimismo ofrecía un puñado de billetes a quienes asesinaran a algún policía o estallaran un avión, por lo que se convirtió en el narco más buscado en el mundo. Pero su imperio de excentricidades cayó con su asesinato y ante el debilitamiento de los dos principales cárteles, el de Medellín y el de Cali, las actividades fueron cambiando también. Hernando Zuleta, director del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed), de la Universidad de Los Andes de Bogotá, aseguró que “en el pasado la visibilidad de los grandes cárteles fue la que los destruyó".

Por lo anterior, indicó que los nuevos narcos actúan con bajo perfil al no viajar en lujosos autos “y se pueden mezclar fácilmente entre gente de alta sociedad", dijo el investigador. "Claramente son urbanos, con contactos cercanos con la mafia mexicana, pero que pueden pasar desapercibidos". Y añadió:

"Son gente formada que, desde la forma de hablar, dan la señal de ser gente educada. Eso les permite codearse con cualquiera. No se visten de manera muy vistosa, pueden ser un vecino de cualquier barrio de clase media alta que maneja un carro normal.

Pueden pedir un crédito en el banco y usar ese dinero para financiar un cargamento en conexión con capos mexicanos. Maquillan esos acuerdos con viajes de negocios a México porque es verosímil que un colombiano diga que viaja a México para exportar productos", indicó Hernando Zuleta, sobre los actos que hacen a los narcos no perecer narcos.

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