MADRID

Más de dos millones de personas hacen filan para recibir comida ante la crisis

Muchos latinoamericanos que necesitan alimentos de la beneficencia están titulados, pero no encuentran empleo en ese país

MUNDO

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Una docena de huevos vale 2 euros, antes 1 euro 80 céntimosCréditos: Foto: Especial

MADRID. Primero fue debido a la crisis que originó la pandemia de COVID-19 hace dos años. Ahora, en 2022, la crisis económica doméstica y global ha provocado el encarecimiento de los alimentos, lo que ha derivado en un aumento en las llamadas "colas del hambre". 

Dos y medio millones de personas hacen fila a diario durante horas, en numerosos puntos de España frente a iglesias, las ONG, Cruz Roja y Cáritas para poder llevar comida gratuita a sus hogares.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas de España, la inflación anual se situó en septiembre pasado en 9%, productos de la canasta básica familiar como la leche, huevos y aceite han sufrido alzas de más de 20%, en comparación con los precios de 2021.

El perfil de los ciudadanos que acude al Banco de Alimentos es muy variado: hay españoles que se han quedado sin trabajo, o que están en la economía sumergida; extranjeros procedentes de América Latina, como ecuatorianos, dominicanos, peruanos, venezolanos, a los que se suman ahora ucranianos que han tenido que abandonar su país por la guerra.

Un 40% de los latinoamericanos que necesitan alimentos de la beneficencia están titulados, pero la dificultad de homologar sus estudios les roba posibilidades de encontrar un empleo.  

El Banco de Alimentos apela a la generosidad de las entidades públicas ante el descenso de 40% de donaciones de la gente desde el pasado verano, que también están ahorrando en lo que pueden.

Con los precios disparados a mucha gente ya no le alcanza el dinero para satisfacer las necesidades de una familia y alimentarla tres veces al día.

En la Región de Madrid, donde habitan seis millones de personas, se sirven 187 mil comidas al día. Hay cabezas de familia y amas de casa que antes pertenecían a la clase media y debido a contratiempos se han visto empujados a hacer la cola en el Banco de Alimentos o centros de beneficencia.

En España hay 11 millones de personas de una población de 47 millones de habitantes, que con el salario básico, han perdido un significativo poder adquisitivo por el imparable incremento de precios de la canasta básica y de la energía.

Millones de hogares en España y Europa se enfrentan a la encrucijada de comer o calentar la vivienda este otoño cuando venga el frío. La electricidad y el gas nunca habían costado tanto; el corte de abastecimiento energético por parte de Rusia a la Unión Europea ha sido la puntilla.

MBL