Una mujer de 30 años, originaria de Tokio, Japón, demandó a un donante de esperarma, quien la engañó acerca de su origen étnico, estudios y estado civil, por lo que decidió renunciar al bebé, lo cual ha causado mucha polémica en su país y en todo el mundo. El caso ocurrió en 2018, pero recientemente se dieron a conocer los detalles.
La mujer había decidido tomar la decisión luego de que su esposo, con quien ya tenía un hijo de 10 años, fue diagnosticado con una enfermedad hereditaria, por lo que convinieron que no era una buena idea tener un otro bebé entre ellos, por lo que decidieron buscar otra opción.
Sin embargo, al buscar al donante de esperma no acudieron a una institución certificada, sino que buscaron al candidato en redes sociales, por lo que en marzo de 2019 “contrataron” a un joven que sostuvo ser japonés, graduado de la Universidad de Kioto, una de las más importantes del país, y soltero.
Se llevaron una gran decepción
El hombre tuvo relaciones sexuales con la mujer en al menos 10 ocasiones, que fue el tiempo que taró en quedar embarazada, pero durante la gestación descubrió que el sujeto le "vio la cara", pues era casado, de origen chino y que jamás estudió en la universidad mencionada.
Tras dar a luz, el matrimonio entregó al recién nacido a un centro de cuidado infantil en la capital y emprendieron una denuncia contra el padre biológico del bebé; ahora le exigen 2.8 millones de dólares en reparación del daño moral.
En Japón esta práctica se ha vuelto cada vez más normal, pues las parejas impedidas para tener hijos buscan en redes sociales a “buenos prospectos de padres”, pues es más barato que la inseminación artificial; las autoridades sostienen que es riesgoso, pues muchas personas podrían mentir e incluso trasmitir enfermedades. En el país viven aproximadamente 10 mil personas nacidas como resultado de este tipo de encuentros, según cifras oficiales.
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