Los movimientos antivacunas a nivel global se están radicalizando. En Alemania, autoridades detectaron que estos grupos se están armando, mientras lanzan amenazas de muerte contra políticos que están a favor de las restricciones.
El pasado 15 de diciembre, la Policía de Sajonia, estado federado alemán —que tiene un promedio de vacunación menor a la media nacional—, realizó una serie de allanamientos en seis viviendas, en los que encontró armas de fuego y ballestas.
Medios de comunicación pudieron infiltrarse en un grupo de Telegram integrado por negacionistas de la pandemia, conspiracionistas, anti-vax y militantes de la extrema derecha en el que se planificaba un atentado contra el premier de Sajonia, Michael Kretschemer, y se llamaba a hacer sacrificios para acabar con políticas relacionadas con el COVID.
El Partido Socialdemócrata señaló que unas 20 mil personas no tienen problemas en hacer "lo que sea" contra las medidas sanitarias.
En Alemania, al menos 12 políticos han recibido cartas con intimidaciones, incluso pedazos de carne contaminada con un gas usado por los nazis, el Zyclon B, y con COVID.
De acuerdo con el canciller alemán Olaf Scholz, en la nación europea hay una "negación de la realidad, historias de conspiración absurdas, desinformación deliberada y extremismo violento".
El mismo modus operandi ocurre en Italia, donde la Policía rastreó a activistas antivacunas que se comunicaban, a través de Telegram, para agredir a quienes respaldaran las restricciones; su objetivo son miembros del gobierno, médicos, científicos y medios de comunicación.
A través del chat Basta de Dittatura, con decenas de miles de miembros, se organizan movilizaciones violentas contra la aplicación del pase sanitario. La Policía de Turín señaló que de los miles de integrantes se detectó a 17 personas como extremistas y peligrosas.
La meta de estos grupos es también entorpecer la cadena de elaboración de vacunas, IBM security ha detectado que hackers buscan intervenir en empresas que manejan la cadena de frío de las inmunizaciones.
En EU, se han ubicado grupos radicales contra las vacunas que piden a la población no acudir a las salas de emergencia en caso de tener sospecha de padecer COVID-19.
Los conspiranoicos difunden que los doctores están "matando" a los pacientes no vacunados. Mientras, médicos y personal sanitario aseguran ser víctimas de amenazas, se han reportado casos en Massachusetts, Texas, Georgia y Idaho. En Branson, Missouri, un hospital introdujo botones de pánico para su personal.
El epidemiólogo del gobierno de EU, Anthony Fauci, denunció ayer en el Senado haber recibido "amenazas de muerte" por culpa de las "mentiras" que republicanos vierten en su contra y reveló el arresto de un hombre que quiso asesinarlo.
PAL