El número de casos de coronavirus alcanzó ayer un máximo en siete meses en China, tras detectarse un foco de contagios en un centro de tests, mientras la variante Delta pone a prueba los esfuerzos del gobierno de Beijing en controlar la epidemia.
La prensa estatal ha descrito el actual brote como el más grave desde que el virus surgió a fines de 2019 en la ciudad de Wuhan, en el centro del país.
Las autoridades sanitarias chinas registraron ayer 143 nuevas infecciones de coronavirus, de las cuales 108 fueron transmitidas localmente.
Decenas de casos se produjeron en un centro de tests de COVID-19 en la ciudad de Yangzhu. Las autoridades han lanzado alertas para evitar un mal manejo de las pruebas de detección.
Otro brote se produjo entre trabajadores de la limpieza del aeropuerto de Nanjing, que luego se ha extendido a otras partes del país.
Las autoridades han dado un mensaje de confianza y consideran que los nuevos brotes son controlables.
AVANZA TERCERA DOSIS
Casi la mitad de los mayores de 60 años en Israel, unas 600 mil personas, han recibido la tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19 desde que comenzara la campaña hace 10 días, mientras el gobierno incide en que los no inoculados acudan también a inmunizarse.
En tanto, Portugal anunció que todos los niños de entre 12 y 15 años podrán inocularse contra el coronavirus.
El anuncio de la Dirección General de Salud se produjo después de días de incertidumbre sobre la medida. Las autoridades inicialmente limitaron las vacunas en ese grupo.
AFP, EFE Y REUTERS
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