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Jerusalén: ¿Qué está pasando en Sheikh Jarrah y por qué es importante para los palestinos?

Las repercusiones han sido graves para los ciudadanos de Jerusalén y para el conflicto árabe-israelí

MUNDO

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israel conflicto bélico.Créditos: Foto: Freepik.es

En 1957, alrededor de 28 familias palestinas fueron desplazadas de su hogar hacia el barrio de Sheikh Jarrah en el este de Jerusalén como resultado de la guerra árabe-israelí de 1948. Jerusalén quedó dividida en dos mandatos distintos: Jerusalén del Este, gobernada por Jordania, y Jerusalén del Oeste, gobernada por Israel. Poco después, Jordania llegó a un acuerdo con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para construir casas para estas familias. Se acordó construir varias unidades de vivienda a cambio de que las familias renunciaran a su estatus de refugiados. Sin embargo, después de La Guerra de los Seis Días de 1967, Jordania perdió su mandato del Este de Jerusalén, el cual pasó a Israel. 

Hoy en día, las repercusiones de lo anterior han sido graves para los ciudadanos de Jerusalén y para el conflicto árabe-israelí. Durante los últimos meses, el mundo ha sido testigo de uno de los peores enfrentamientos en la historia de este conflicto milenario; la región ha experimentado niveles de violencia que no se veían en años. La violencia escaló rápidamente de riñas en las calles a ataques aéreos. Desde el 10 de mayo, incontables misiles han sido lanzados por parte de Hamas e Israel, dejando miles de muertos. 

Distintos eventos recientes reavivaron la llama del conflicto entre palestinos y judíos. Para empezar, la Corte de Distrito de Jerusalén dictaminó que al menos trece familias tendrían que evacuar su hogar en Sheihk Jarrah, a pesar de vivir ahí por generaciones. De acuerdo con al Jazeera, varias organizaciones de asentamiento judías levantaron demandas en contra de las familias palestinas declarando que la tierra les pertenecía originalmente antes de la creación del Estado de Israel. Asimismo, explicaron que las tierras habían sido otorgadas a las familias palestinas por las Naciones Unidas cuando el Este de Jerusalén estuvo bajo ocupación de Jordania.

La decisión de la corte generó protestas que culminaron en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad de Israel y los palestinos protestantes del vecindario. Estos enfrentamientos se intensificaron cuando grupos palestinos apedrearon a varios grupos judíos que celebraron El Día de Jerusalén frente a las casas de las familias que podrían ser desalojadas. Si bien para los israelíes representa un día de unificación tras la ocupación del Este de Jerusalén, para los palestinos que viven ahí representa la pérdida de sus territorios. Además, algunos grupos de israelíes marcharon en las calles del Este de Jerusalén, insultando a árabes y palestinos. 

La violencia rápidamente incrementó por ambas partes, hasta que el 10 de mayo, grupos militantes en Gaza, dirigidos por Hamas, dieron un ultimátum para que Israel retirara a sus fuerzas de seguridad de la mezquita de al-Aqsa y del barrio de Sheikh Jarrah. Al expirar el ultimátum, Hamas lanzó misiles hacia Israel, de los cuales, algunos destruyeron escuelas y residencias. Por consiguiente, las fuerzas aéreas de Israel respondieron con una campaña de ataques aéreos en contra de Gaza. 

Cada enfrentamiento entre Palestina e Israel carga con una multiplicidad de factores religiosos, territoriales, históricos y culturales. No se puede atribuir el conflicto a un solo factor, sino a la suma e interacción de diversos factores en un tiempo y espacio específicos que crean una chispa que vuelve a engendrar el caos. Lo que está ocurriendo en Sheikh Jarrah es inaceptable. Como resultado de la violencia, se estima que 200 palestinos –incluyendo 59 niños–, fueron asesinados durante una semana de ataques aéreos por parte de Israel. De igual forma, alrededor de 13 personas –incluyendo dos niños–, han sido asesinadas en Israel a causa de los ataques aéreos de Hamas. 

Somos testigos de una crisis humanitaria; del desplazamiento continuo de palestinos y árabes en el Este de Jerusalén; de ataques por parte de Hamas y de respuestas desproporcionales por parte de Israel. La comunidad internacional y todos nosotros somos testigos y cómplices. Las pérdidas humanas y la violación continua a los derechos humanos de los civiles palestinos y judíos son inaceptables. Es pertinente que los órganos internacionales y los sistemas de justicia internacional dejen de lado la indiferencia e intereses políticos y busquen la justicia para los miles de ciudadanos en Gaza, Israel y el Este de Jersualén que se han visto atrapados en un juego político que alimenta el odio, la xenofobia y la idea de que la tierra que pisamos puede ser más importante que la vida de cientos de civiles.

mgm