Incendios forestales que destruyen viviendas y forzaron a miles de personas a dejar sus hogares ardían ayer en 10 estados, del oeste de Estados Unidos y el mayor, en Oregon, amenazaba parte del suministro de electricidad a California.
Cerca de tres mil bomberos luchan contra las llamas del incendio más grande del año hasta la fecha en el estado de California, que ha quemado más de 36 mil 900 hectáreas, según la última actualización del Servicio Forestal de EU.
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El incendio de combustión rápida está afectando al Bosque Nacional Plumas, en el extremo norte de Sierra Nevada, cerca de la ciudad de Beckwourth, a unos 80 kilómetros al noroeste del lago Tahoe.
Casi 60 incendios destruyeron áreas secas de árboles y maleza desde Alaska hasta Wyoming, de acuerdo con el Centro Nacional Interagencias para Incendios. Arizona, Idaho y Montana representaban más de la mitad de los incendios grandes activos.
Los siniestros estallaron mientras el oeste sufría su segunda ola de calor intenso en unas pocas semanas. Una megasequía alimentada por el cambio climático contribuía a condiciones que hacen los incendios mucho más peligrosos, dijeron científicos.
El Servicio Nacional de Meteorología dijo que el calor había alcanzado su pico en muchas áreas y que el resto de las alertas de calor excesivo debían expirar el martes por la noche.
"Aunque estamos anticipando una tendencia a refrescar en los próximos días, aún nos queda otro día caliente y seco", dijo la oficina del servicio en Medford, Oregon.
Los bomberos batallaban para establecer líneas de contención y no habían conseguido rodear ninguna sección del incendio en el Bosque Nacional Fremont-Winema.
AP y EFE
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