El gobierno español indultó ayer a los nueve líderes separatistas catalanes encarcelados por el intento de secesión de 2017, una decisión arriesgada con la que busca abrir "una nueva etapa" y atajar el "enfrentamiento" en Cataluña.
"Queremos abrir otra etapa de diálogo, de reencuentro, y cerrar de una vez por todas la división y el enfrentamiento", proclamó el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
Los indultados, entre ellos varios exintegrantes del gobierno catalán de Carles Puigdemont, fueron condenados en octubre de 2019 a penas de cárcel de entre 9 y 13 años por su participación en el fracasado intento de independizar a Cataluña de España.
El exvicepresidente catalán Oriol Junqueras, condenado a 13 años de prisión por sedición y malversación de fondos públicos, saldrá en libertad junto con sus compañeros, luego de tres años y medio tras de las rejas.
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La decisión debe cumplir pasos administrativos, y las excarcelaciones podrían hacerse en las próximas horas.
Sánchez explicó que los indultos son parciales, ya que se conmuta la pena de cárcel, pero no la inhabilitación para ejercer cargos públicos, y están condicionados a que los beneficiados no cometan delitos graves en un plazo de entre tres y seis años, según los casos.
En un tono duro, el presidente regional catalán, el separatista Pere Aragonès, dijo que los nueve condenados saldrán "con las ideas intactas, con la voluntad reforzada de construir una república catalana libre y justa".
En paralelo a este discurso maximalista, Aragonès prometió desplegar todos los esfuerzos "para hacer posible que en esta nueva etapa la negociación sea la base para resolver el conflicto" político.
La oposición rechaza con firmeza el "perdón", ya que piensan que es una medida arbitraria que dará aliento a los independentistas, pues no han mostrado arrepentimiento.
AFP Y AP
dza