La morsa que se había quedado dormida en un iceberg y había viajado en él hasta llegar a Irlandia, ahora está desaparecida. Comenzó a ser conocida como Wally, la morsa del Ártico.
Su historia conmovió a cientos de personas. El animal se quedó dormido en un iceberg y el trozo de hielo se desprendió.
Dos días después estaba aturdido en una playa de Irlanda. Fue una niña de cinco años quien encontró a la morsa llorando cerca de la costa.
Después de un intenso día de caza es común que las morsas tomen siestas muy largas para recuperar fuerzas, pero hoy nadie sabe dónde está el animal.
Te podría interesar
¿Dónde está Wally?
Fue el lunes de Pascua cuando dejó de verse por la zona de la costa sur de Gales. Descansaba en la playa a la vista de los turistas.
Algunos medios locales han atribuido este asedio a la desaparición de la morsa que, posiblemente, se fugó para evitar a los tumultos de gente.
Varias personas intentaron acercarse al animal con motos acuáticas y hasta drones para captar una imagen. Los turistas le gritaban, tomaban fotos y trataban de llamar la atención de la morsa.
Aunque al principio parecían agradarle, es posible que se haya cansado de la gente. Las autoridades locales pidieron en varias ocasiones a los turistas no molestar al animal, pero no hicieron caso.
Debido a la desaparición de Wally ya se desplegó un cuerpo de rescate que espera encontrarlo a salvo para regresarlo al Círculo Polar Ártico que es su hábitat natural.
En 1897 fue la primera vez que se vio a una morsa en las costas de Irlanda y no volvió a repetirse el hecho hasta los años 80. Los científicos que vieron a Wally dijeron que es joven debido a que sus colmillos miden 30 centímetros y en las morsas adultas llegan a medir hasta un metro.
chp