SERES HUMANOS

Humanos seríamos tóxicos y venenosos en un futuro no muy lejano; te explicamos

Si bien los humanos no son venenosos actualmente, nuestros genomas tienen el potencial bajo ciertas condiciones ecológicas de volver tóxicos

MUNDO

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Científicos concluyeron que las glándulas salivales de los mamíferos y las de veneno de las serpientes comparten un núcleo funcional antiguo. Foto: EspecialCréditos: Especial

Una nueva investigación científica sugiere que las "personas tóxicas" podría ser reales ya que explica que los humanos podríamos volvernos venenosos en un futuro no muy lejano, ya los científicos han descubierto que la base genética necesaria para que el veneno oral evolucione está presente tanto en reptiles como en mamíferos. 

Los ratones, e incluso los humanos, tienen el potencial de volverse tóxicos, aseguran en el estudio que muestra la primera evidencia concreta de un vínculo entre las glándulas venenosas de las serpientes y las glándulas salivales de los mamíferos.

La investigación fue publicada en la revista PNAS, y en ella se indica que si bien ni los humanos ni los ratones son venenosos actualmente, nuestros genomas tienen el potencial bajo ciertas condiciones ecológicas.

Personas tóxicas, una realidad 

El autor del estudio, Agneesh Barua, describió el veneno como "un cóctel de proteínas" utilizado por los animales para inmovilizar y matar a sus presas, así como para la autodefensa. Y agregó que los experimentos en la década de 1980 habían demostrado que los ratones machos "producen compuestos en su saliva que son altamente tóxicos".

"Si bajo ciertas condiciones ecológicas, los ratones que producen más proteínas tóxicas en su saliva tienen un mejor éxito reproductivo, en unos pocos miles de años, podríamos encontrar ratones venenosos", comentó Agneesh Barua. 

Añadió que, aunque es poco probable, si alguna vez existieran las condiciones ecológicas adecuadas, los humanos también tienen el potencial de volverse venenosos.

Los científicos utilizaron glándulas venenosas recolectadas de la serpiente habu de Taiwán. Foto: AP

Para su investigación, en lugar de centrarse en los genes que codifican las proteínas que componen la mezcla tóxica, los científicos de la Universidad de Graduados del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST) y la Universidad Nacional de Australia buscaron genes que trabajen juntos e interactúen con el genes de veneno.

Utilizaron glándulas venenosas de la serpiente habu de Taiwán, una víbora que se encuentra en Asia, e identificaron alrededor de 3 mil de estos genes. También observaron los genomas de otras criaturas, incluidos mamíferos como perros, chimpancés y humanos, y descubrieron que contenían sus propias versiones de dichos genes.

Habiendo investigado los tejidos de las glándulas salivales dentro de los mamíferos, vieron que los genes tenían un patrón de actividad similar al observado en las glándulas de veneno de serpiente, por lo que concluyeron que las glándulas salivales de los mamíferos y las glándulas de veneno de las serpientes comparten un núcleo funcional antiguo.

Con información de AP

kyog