MAESTRA

¡Asombroso! Maestra cruza río en canoa para impartir clases en un poblado sin internet

La maestra espera que una vez superada la pandemia, la solución sería que construyan una escuela en el poblado indígena, para que sus niños no tengan que ir tan lejos.

MUNDO

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El camino que hace es largo y peligroso. Foto: Especial.

Para Graciela Bouche no hay imposibles. Ella tiene una convicción férrea de que la educación es el motor del cambio. Por eso, con una canoa, esta maestra atraviesa el río Chagres, cuyo cauce se topa con el Canal de Panamá, para ir a dar clases a niños que habitan en un poblado indígena sin conexión a internet ni menos a las aulas virtuales.

El Chagres separa la provincia de Panamá de la localidad de Gamboa, provincia de Colón, donde existen distintas comunidades autóctonas. No es una labor fácil, las condiciones hacen que tenga que hacer esfuerzos físicos que pocos soportarían. 

La profesora Graciela Bouche siempre desembarca en el puerto de los Ella Puru, de la etnia emberá. Siempre lleva una pizarra, laptop y algunos alimentos para repartir entre sus alumnos, miembros de una comunidad dedicada principalmente al turismo, actividad casi congelada por la pandemia.

Todo se hace con las medidas de seguridad. Foto: Especial.

Cuando no había contagios del virus, los niños de Ella Puru y de las comunidades aledañas como San Antonio Woounan y Pueblo Nuevo Embera y Woounan acuden a la escuela Omar Torrijos, en la provincia de Panamá. Para llegar hasta allá sus padres los llevan en bote hasta el puerto, y de allí deben viajar 40 minutos en autobús. 

Tras el cierre de los planteles el año pasado se pasó a un modelo virtual, pero a los estudiantes indígenas les costaba conectarse, ya que en sus poblados no hay energía eléctrica constante y la señal de celular en esa comunidad a veces es inexistente. 

Una gran labor

En 2020, Graciela iba dos veces por semana, pero durante los últimos meses se organizó con maestros de otros grados para ser el enlace. Ahora solo va una vez por semana. En la comunidad imparte cátedra a al menos una treintena menores.

Desde su celular, Graciela hace una videollamadas para que los niños tomen diferentes materias, como españo, matemáticas, entre otras. Todos usan mascarilla y se desinfectan las manos con alcohol.

Sirve de enlace para que otros profesores den clases. Foto: Especia

Esperan que una vez superada la pandemia, la solución sería que construyan una escuela en la comunidad, para que sus niños no tengan que ir tan lejos.

msb