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Estados Unidos deporta a ANCIANO de 95 años a Alemania; fue guardia en campo de concentración nazi

Friedrich Karl Berger sirvió en el subcampo cerca de Meppen, Alemania, donde los prisioneros —rusos, polacos, holandeses, judíos y otros— fueron retenidos en condiciones “atroces”

MUNDO

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Friedrich Karl Berger se mudó a Estados Unidos en la década de los 50's..FOTO: PixabayCréditos: FOTO: Pixabay

Estados Unidos deportó a Friedrich Karl Berger, un hombre que durante su juventud sirvió como guardia de un campo de concentración nazi y que ahora tiene 95 años de edad, este sábado el anciano llegó a su Alemania natal para enfrentar un proceso judicial, según informaron las autoridades.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés) dijo en un comunicado que Friedrich Karl Berger, un ciudadano alemán, fue enviado de regreso a Alemania por servir como guardia de una zona del campo de concentración de Neuengamme en 1945.

El caso fue investigado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Berger recibió la orden de expulsión de un tribunal de Memphis, Tennessee, en febrero de 2020. Llegó el sábado a Fráncfort, donde fue entregado a los investigadores del estado de Hesse para ser interrogado, informó la agencia de noticias dpa.

Los fiscales alemanes en la ciudad de Celle investigaron la posibilidad de presentar cargos contra él, pero dijeron en diciembre que habían archivado la investigación porque no habían podido refutar su propio relato sobre su servicio en Neuengamme.

El ANCIANO sería acusado como cómplice de homicidio

Berger admitió ante las autoridades estadounidenses que durante algunas semanas cerca del final de la guerra sirvió como guardia en un campo en el noroeste de Alemania, pero dijo que no observó ningún abuso ni homicidio, dijeron los fiscales en Celle.

Sin embargo, los fiscales de Celle pidieron que lo interrogaran nuevamente a su regreso a Alemania para determinar si se podían presentar cargos de cómplice de homicidio, dijo la policía.

En los últimos años, los fiscales alemanes han argumentado con éxito que al ayudar a que funcione un campo de exterminio o un campo de concentración, los guardias pueden ser declarados culpables de complicidad en un asesinato, incluso si no hay pruebas de que hayan participado en una muerte en específico.

Según un comunicado del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), Berger sirvió en el subcampo cerca de Meppen, Alemania, donde los prisioneros —rusos, polacos, holandeses, judíos y otros— fueron retenidos en condiciones “atroces” y fueron sometidos a condiciones “hasta el punto de agotamiento y la muerte”.