Los primeros resultados de las elecciones catalanas que se llevaron a cabo este domingo, perfilan a los partidos independentistas como ganadores para formar el Gobierno de Cataluña tras hacerse con la mayoría absoluta, a pesar de que los socialistas fueron el partido más votado en una región clave para la política de España.
Con más del 50 por ciento de votos, el independentismo catalán salió reforzado del escrutinio regional para mantener el poder, neutralizando la victoria mínima del Partido Socialista dirigido por el mandatario Pedro Sánchez. En cambio, el candidato Salvador Illa, ministro de Sanidad, no obtuvo suficientes votos para presidir la región nororiental de 7.8 millones de habitantes.
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Las formaciones independentistas argumentan que sus votos suman más de la mitad de los sufragios emitidos, mientras que el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) defiende que les corresponde gobernar al ser la fuerza más votada, empatados en escaños con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC).
"Si esperaban sacar del poder a los independentistas, no habían leído bien el escenario. Era un objetivo poco realista", indicó la investigadora política Berta Barbet, de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La mayoría absoluta está en 68 de los 135 escaños del Parlamento, en el que ERC tendrá 33, que sumados a los 32 de la coalición Juntos Por Cataluña (JxCat), formación impulsada por el ex presidente catalán fugado a Bélgica, Carles Puigdemont, y otros 9 de la independentista radical Candidatura de Unidad Popular (CUPM), les permitirían gobernar con comodidad.
El partido de ultraderecha Vox, con su firme postura contra la secesión catalana y la inmigración ilegal, consolidó su posición entrando en la cámara regional con 11 escaños. “Los catalanes nos han puesto en una situación que ni nosotros mismos nos imaginábamos”, dijo Santiago Abascal, líder de Vox.
El grupo liberal Ciudadanos, que se opone a la independencia catalana, se derrumbó pasando de 36 a 6 escaños, poniendo en duda su futuro, mientras que el Partido Popular, el grupo conservador tradicional, también perdió peso y se vio relegado a tres escaños pese a los esfuerzos de Pablo Casado, líder de la formación, para mostrar un tono más amigable hacia Cataluña.
-Buenas noticias para Pedro Sánchez
Con todo, aunque no consiga desbancar a los independentistas del poder regional, "para el gobierno español todo son buenas noticias", indica el analista Josep Ramoneda. En Barcelona, tendrá un interlocutor más fluido. Y, en Madrid, los resultados en Cataluña "legitiman la política de gobierno" y "sitúan a sus rivales en la derecha en una situación de crisis", afirma Ramoneda.
Esto dará margen a Sánchez para abordar el tema catalán con gestos controvertidos como la concesión de indultos a los nueve dirigentes separatistas condenados a entre 9 y 13 años de cárcel por el intento de secesión de 2017, quienes gozan desde hace dos semanas de un régimen de semilibertad, contra el que la fiscalía ha presentado un recurso este mismo lunes.
"Es una cosa que el gobierno español debería acelerar porque cuando los presos estén en la calle, en Cataluña se entra en otra fase", dice Ramoneda.
Pero pese a la voluntad dialogadora de ambas partes, las posiciones siguen distantes y con un difícil encaje. Aragonés ya ha reclamado un referéndum de autodeterminación que los socialistas rechazan frontalmente.
Las elecciones catalanas se celebraron entre medidas de bioseguridad ante la COVID-19 y con una abstención récord, pues solo votaron el 53.5 por ciento de los electores, con un aumento sin precedentes del voto por correo, que se triplicó. Los comicios contaron con la participación en la campaña electoral de líderes independentistas.
El nuevo Parlamento catalán tiene como máximo hasta el 12 de marzo para constituirse y desde esa fecha hasta el 26 de ese mes para elegir al presidente de Cataluña, primero por mayoría absoluta y si no se logra, por mayoría simple.
Con información de agencias.
JOS