El asalto al Capitolio el 6 de enero tuvo consecuencias para Donald Trump. El expresidente enfrentará un juicio político en febrero y el nuevo presidente en el poder, Joe Biden, asegura que éste tiene que ocurrir, aunque considera poco probable que reciba una condena.
La acusación formal fue presentada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos el pasado lunes 25 de enero. El político republicano enfrentará un cargo por incitar a la insurrección a sus seguidores. Esto derivó en el ataque al Capitolio que ha dejado, hasta ahora, 125 detenidos y 5 personas fallecidas.
Los líderes del Senado acordaron no comenzar los argumentos de apertura del juicio hasta el 9 de febrero, lo que le da la oportunidad a Trump de preparar su defensa. A la vez, permitirá a la Cámara concentrarse en las estrategias prioritarias de Biden.
Respecto a esta situación, el mandatario declaró a CNN que el proceso "tiene que ocurrir", pero ve lejana la posibilidad de que los republicanos se unan a los demócratas para condenar a su antecesor. Esto podría abrirle de nuevo las puertas a la política al expresidente.
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Biden también reconoció que el juicio podría entorpecer la agenda legislativa de la nueva administración, pero las consecuencias podrían ser peores si Trump no se viera obligado a rendir cuentas y a asumir su responsabilidad en el asalto del 6 de enero.
Con estos sucesos, el empresario y político se convierte en el único presidente de Estados Unidos en ser acusado por la Cámara en dos ocasiones. Asimismo, será el primero en enfrentar un juicio después de dejar el cargo. Si la condena de los demócratas es apoyada por al menos 17 republicanos, él no podría volver a asumir un cargo en el futuro.
Sin embargo, el actual presidente considera poco probable que esto ocurra, lo que dejaría un resultado favorable para Donald Trump.