Hay historias reales de amor que cautivan enormemente el corazón, pues tal parece son sacadas de cuentos de hadas; y es que a qué mujer enamorada no le encantaría que su “príncipe azul” cruce mares, ríos, la inclemencia del clima y hasta una pandemia para ir a verla.
Pues una historia muy similar tuvo lugar en Irlanda, pero a diferencia de los cuentos de fantasía, esta historia no tuvo un final feliz, pues todo ocurrió cuando un joven enamorado, identificado como Dale McLaughlan, decidió cruzó el mar que separa Irlanda con Escocia a bordo de una moto acuática hasta la isla de Man, todo para visitar a su novia.
Sin embargo, más allá de este gran gesto romántico, fue condenado a cuatro semanas de prisión, debido a que violó las restricciones decretadas por la pandemia de Covid-19, así lo informó el periódico Daily Mail.
Ni la pandemia iba a frenar su amor
McLaughlan de 28 años, conoció a Jessica Radcliffe el pasado septiembre cuando viajó a la isla de Man por motivos laborales. Después de su regreso a Escocia, el hombre intentó al menos en dos ocasiones volver para ver a su novia, pero las autoridades no se lo permitieron debido a las restricciones decretadas para prevenir la propagación del coronavirus, pero eso no iba a frenar su amor.
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Debido a las negativas recibidas, la mañana del pasado viernes, McLaughlan no soporto más estar lejos de su amada y decidió emprender el viaje a la mencionada isla atravesando el mar, por lo que un día antes compró una moto de agua, a pesar de que nunca antes había conducido este tipo de vehículo, con el fin de emprender su viaje en búsqueda de su amor.
Tras una serie de cálculos estimó que la travesía, de unos 40 kilómetros, debía durar 40 minutos, pero en realidad le llevó casi cinco horas debido al mal tiempo. Según reportan medios locales tras pisar tierra, recorrió a pie otros 25 kilómetros hasta la casa de su amada, situada en la ciudad de Douglas.
Arrestado por desafiar medidas sanitarias
Al día siguiente de su reencuentro el hombre fue arrestado por violar las medidas restrictivas decretadas por la pandemia de Covid-19, por lo que McLaughlan afirmó que se había hecho una prueba del covid-19 cuatro días antes de su viaje y que esta resultó negativa.
Asimismo, su defensa alegó que el hombre sufría de depresión por no poder ver a su novia, pero de nada sirvió pues la Fiscalía de Irlanda argumentó que el acusado hizo un "intento deliberado e intencional de violar" las restricciones fronterizas, poniendo potencialmente a la comunidad en riesgo.
Por este motivo fue arrestado y sentenciado dejando su “acto de amor” en un segundo plano, sin embargo, hubo quienes defendieron al hombre y destacaron su singular acto, mientras otros lo calificaron de “idiota” e “irresponsable” por trasgredir las medidas sanitarias.