Cada 1 de diciembre, en el mundo se conmemora el Día Mundial del Sida, misma fecha en donde se busca crear conciencia sobre dicha enfermedad, así como recordar que existen personas afectadas por dicho virus y que no han podido sobrellevarla, causándoles la muerte.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), se identificó por primera vez en 1983, y al tratarse de un virus nuevo, durante los primeros años no existía un tratamiento para las personas diagnosticadas de VIH, por lo que tenían una esperanza de vida de dos años aproximadamente.
Cabe señalar que actualmente no existe una cura específica para combatir el VIH, sin embargo, los tratamientos han avanzado y ofrecen mejor calidad de vida, dejando que los portadores del virus vivan muchos años más.
Los diversos tratamientos para el VIH
Si el VIH no se trata a tiempo, el virus comienza a multiplicarse y las personas infectadas desarrollan SIDA, mismo que debilita las defensas de todo el organismo, las cuales pueden desencadenar diversas enfermedades.
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Posteriormente, en 1987 se aprobó la primera terapia antirretroviral, mejor conocida como AZT o Zidovudina; sin embargo, dicha terapia no cura del todo al VIH sino que logra inhibir la enzima transcriptasa inversa, lo cual evita que el virus se siga multiplicando en el organismo.
Sin embargo, se estudió que el AZT tenía efectos secundarios graves, por lo que en algunos pacientes no funcionaba y morían al cabo de unos años. Pero tanto investigadores como científicos siguieron trabajando para encontrar una solución a la enfermedad, descubriendo que al combinar varias pastillas conseguían mejores resultados para los pacientes.
Tratamientos de por vida
En 1996 se creó el Tratamiento Antirretroviral de Gran Actividad (TARGA), el cual consistía en administrar de tres o más medicamentos para así frenar la reproducción de dicho virus.
Con el paso de los años, los especialistas de las farmacéuticas crearon diversos medicamentos para tratar el VIH, por lo que actualmente el paciente portador del virus pasa por un procedimiento de análisis por parte de los médicos y posteriormente asignan un tratamiento con las pastillas apropiadas para cada caso.
Los fármacos contemporáneos han logrado reducir los efectos secundarios, pero cualquier tipo de medicación es de por vida y con un tratamiento riguroso.
Cabe señalar, que de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas sobre el SIDA y ONUSIDA, había 38 millones de personas con VIH en el mundo en 2019, de las cuales 26 millones tenían acceso a la terapia antirretrovírica a finales de junio de 2020.