El uso de velas aromáticas en cualquier lugar de la casa puede ser una excelente manera de crear un ambiente sereno y relajante, pero cuando se trata de el baño es importante poner especial cuidado en una fragancia que además ayude a eliminar los malos olores.
Las velas aromáticas de lavanda ofrecen varios beneficios, tanto a nivel físico como emocional, además ayuda a neutralizar los malos olores del baño no deseados en el dejando un aroma fresco y limpio, así como también añaden un toque decorativo creando un ambiente acogedor y estéticamente agradable.
Sigue leyendo
Vela blanca: ¿para qué sirve prenderla en tu casa o habitación?, este es su poder
¿Cuáles son los beneficios de las velas de lavanda?
La lavanda es conocida por sus propiedades calmantes. El aroma de las velas de esta flor puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, promoviendo un estado de calma y tranquilidad, así como también se sabe que puede mejorar la calidad del sueño, ya que induce a un estado de relajación y reduce el insomnio.
Prender una vela de lavanda contribuye a aliviar dolores de cabeza y migrañas, inhalar su fragancia puede relajar los músculos tensos y reducir la intensidad del dolor, por eso son muy utilizadas en la aromaterapia para mejorar el bienestar emocional y elevar el estado de ánimo, reducir la depresión leve y crear un ambiente acogedor.
A través de páginas en línea y en los supermercados se puede adquirir una buena vela de lavanda a un módico precio, así como también hay quienes optan por comprar la esencia y todos los materiales para crear sus propios productos en casa y ahorrar dinero.
¿Es correcto encender una vela en el baño?
Según información de la Administración contra Incendios en Estados Unidos, toda aquella persona que encienda una vela en casa deberá poner especial atención en el lugar en el que la colocará, esto para evitar incendios accidentales y no provocar un siniestro.
Cualquier persona que prenda una vela deberá revisar si el soporte es estable o colocarla en donde no puedan derribarse fácilmente. Algunas de las recomendaciones es mantenerlas al menos a 12 pulgadas (30 centímetros) de distancia de cualquier cosa que se pueda quemar y apagarlas en cuanto salgan de una habitación o de su casa, o cuando se vaya a dormir.