Una buena alternativa que puede ayudar a evitar problemas en el corazón y mejorar la circulación puede encontrarse de manera natural en una semilla, alimento que muchas veces suele ser infravalorado, pero en realidad es una opción nutricional recomendada altamente por expertos.
El consumo de semillas puede aportar beneficios al funcionamiento del cuerpo sin necesidad de recurrir a alternativas costosas como medicamentos. Por ejemplo, la ingesta recomendada de minerales indispensables para el organismo, como el magnesio, se puede complementar de manera natural por medio de la siguiente semilla.
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¿Cuál es la mejor forma incluir el magnesio en mi alimentación?
Según información de la Secretaría de Salud, los minerales como el magnesio, a diferencia de otros nutrimentos, son necesarios para el organismo, pero en pequeñas cantidades, es por eso que las semillas de calabaza se posicionan como la opción ideal.
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Las semillas de calabaza pueden aportar, en promedio, 262 miligramos de magnesio por cada 100 gramos de alimento. Los beneficios de la ingesta de magnesio son varios y van desde un mejor funcionamiento del corazón, activación sanguínea y en general un incremento en la producción de energía y proteína.
¿Cómo puedo comer semillas de calabaza?
Créditos: Especial
Si bien las semillas de calabaza no parecen un platillo o botana apetecible, hay maneras de incluir este alimento en la dieta que requieren poco esfuerzo, además de añadir un toque culinario diferente a esta saludable opción nutricional.
Aunque la manera ideal de comer semillas de calabaza es el consumo "crudo" o natural de las mismas, también se pueden tostar. Siendo la siguiente receta, la manera más rápida y fácil para preparar semillas de calabaza tostadas.
Ingredientes
- 1 1/2 tazas de semillas de calabaza
- 1 cucharadita de aceite
- 1/4 cucharadita de sal
Preparación
- Precalentar el horno a 145 °C.
- Cortar una agujero en la parte superior de la calabaza y sacar las semillas.
- Colocar las semillas en un colador y enjuagar bajo el agua para eliminar la pulpa.
- Verter las semillas en un paño de cocina limpio o en una toalla de papel y secarlas.
- Mover las semillas secas a un tazón, añadir el aceite y la sal, y remover para cubrirlas uniformemente.
- Esparcir las semillas en una capa uniforme en una bandeja para hornear.
- Asar en el horno hasta que las semillas empiecen a dorarse, aproximadamente 25 minutos.