La compañía de un gato es algo inigualable: no es tan dependiente como la de un perro y es quizá aún más incondicional, aún con la idea cultural de tratarse de animales ultraindependientes.
De hecho, para aquellas personas que padecen algún tipo de ansiedad, estrés e incluso cuadros clínicos de depresión, la compañía de un michi puede ayudar a superar episodios de crisis.
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Según un estudio realizado por la Universidad de Valparaíso, la presencia de un gato ayuda radicalmente a las mujeres que han experimentado depresión después de la pérdida de un hijo, mientras que otra investigación de la Universidad de Estambul detalla que los mininos alivian la sensación de soledad en adultos mayores.
“El gato simplemente se sienta serenamente, con una serenidad más allá de todo entendimiento. Y la tranquilidad del gato gradualmente te afectará, de manera que todo aquello que impide que te concentres se diluye y te devuelve el control de tu mente”, señala la escritora Muriel Spark.
¿Los gatos sienten tu tristeza?
No es un secreto para quienes tienen gatos: parece que ellos saben el momento exacto en el que te sientes triste o decaído. De hecho, existen datos científicos que prueban que es una de sus habilidades especiales.
Un estudio de la Universidad de Oregon revela que los gatos pueden “leer” a su humano y así saben cuándo necesitas un apapacho, un ronroneo o que simplemente estén cerca para tranquilizarte.
“Cuando tu gato comienza a detectar estados emocionales como depresión o ansiedad, pueden actuar de formas diferentes para ayudar a calmarte o regresarte a un estado mucho más alegre.
“Actitudes como que se te acerquen ronroneando, que se sienten en tu regazo o junto a ti, que busquen que los acaricies o incluso que te traigan sus juguetes favoritos no son actitudes egoístas: en realidad quieren distraerte de la tristeza”, revela la Federación de Animales de Servicio de Estados Unidos.
Un gato te mantiene saludable
Además de los beneficios psicológicos que puede traer un gato a tu vida, existen beneficios físicos medibles que pueden ayudar a aquellas personas que padecen hipertensión, problemas coronarios y las secuelas que puede dejar una depresión aguda.
Científicos neerlandeses han establecido una relación entre la frecuencia del ronroneo con una reducción de la presión arterial, mientras que el hecho de acariciar su pelaje suele relajar a las personas que padecen Trastorno de Ansiedad Generalizado, o TAG.
Otros efectos en la salud humana conocidos son la reducción de la frecuencia de latidos del corazón, disminuye el sentimiento de soledad en personas que han tenido pérdidas recientes y ayuda a mantener rutinas para quienes tienen problemas de concentración.