A lo largo de nuestra vida, las mujeres experimentamos distintos cambios hormonales que marcan el inicio y el fin de una era; si bien poco a poco se ha comenzado a hablar más abiertamente sobre la menstruación, la menopausia continúa siendo un tema tabú por el que muchas mujeres se esconden. Así que es hora de exponer abiertamente las dificultades que viven las mujeres y personas menstruantes que se encuentran pasando por esta oleada de hormonas, y es que todo parece complicarse cuando llega el verano y, sobre todo, con esta ola de calor que parece no ceder.
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Las mejores recomendaciones para sobrevivir a la menopausia en el verano
Uno de los síntomas más visible entre las mujeres que se encuentran pasando por la menopausia son los calores súbitos, mejor conocidos como "bochornos". Éstos suelen ser muy incómodos y pueden durar unos cinco años desde el inicio de la menopausia; se manifiestan de forma repentina y causan un exceso de sudoración, sensación de calor y ansiedad.
Fotografía: Freepik.
Pero esto se pone todavía peor cuando llegan las calurosas noches de verano, ya que pueden interrumpir el sueño, afectando al descanso y la calidad de vida. Es así como las olas de calor que han azotado a México en las últimas semanas, son un factor externo que agravan estas sudoraciones nocturnas y aunque sólo queda respirar profundo y esperar a que pase, hay algunas técnicas que puedes emplear para hacer tus noches más tranquilas y sobrellevar de mejor manera los bochornos de la menopausia.
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- Opta por cenas ligeras e incluye frutas, vegetales (especialmente espinaca), legumbres, soja, semillas de lino y nueces. Estos alimentos son ricos en antioxidantes, antiinflamatorios y poseen efectos estrogénicos.
- Evita alimentos ultra-procesados y picantes, ya que pueden incrementar la temperatura corporal, exacerbando los sofocos nocturnos.
- Modera el consumo de alcohol y cafeína, ya que estas bebidas pueden aumentar la temperatura corporal y desencadenar sofocos. Además, la cafeína también puede interferir con el sueño, agravando los síntomas nocturnos.
- Es fundamental mantener una buena hidratación, por lo que se recomienda consumir al menos un litro y medio a dos litros de agua al día, preferiblemente en forma de bebidas frías antes de acostarse para ayudar a regular la temperatura corporal.
- Algunas infusiones frías de plantas medicinales, como salvia, hierba de trigo, regaliz y cúrcuma, tienen efectos calmantes y pueden ayudar a aliviar los sofocos nocturnos. Estas plantas tienen propiedades que ayudan a regular la temperatura corporal y puedes consumirlas antes de dormir.
- Reducción del consumo de tabaco: fumar contribuye a elevar la temperatura corporal y puede agravar los sofocos. Reducir o eliminar este hábito puede tener beneficios significativos en la reducción de los síntomas.
- Opta por sábanas de algodón o lino, materiales absorbentes y frescos que ayudan a reducir la concentración de calor y humedad, mejorando la calidad del sueño.
- Mantén tu dormitorio bien ventilado y a una temperatura agradable. Usar ventiladores o aire acondicionado puede ser útil para mantener el ambiente fresco.
- Refréscate frecuentemente: utiliza una toalla húmeda para refrescarte y secar el sudor durante la noche. Este método simple puede proporcionar alivio inmediato de los sofocos.
- Realiza actividades físicas suaves como yoga, pilates o caminatas, especialmente en las tardes o al anochecer durante los meses de verano. El ejercicio regular puede ayudar a regular la temperatura corporal y mejorar el bienestar general.
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¿Qué causa los bochornos nocturnos durante la menopausia?
Los bochornos nocturnos, también conocidos como sofocos nocturnos, son un síntoma común y molesto de la menopausia, ya que estos se caracterizan por una sensación repentina de calor intenso, sudoración excesiva y, a menudo, enrojecimiento de la piel y ocurren principalmente durante la noche.
De acuerdo con expertas, la causa principal de estos sofocos es la disminución de los niveles de estrógeno, una hormona que regula la temperatura corporal, ya que durante la menopausia, los niveles de estrógeno fluctúan y disminuyen significativamente, lo que afecta la función del hipotálamo, el área del cerebro responsable de regular la temperatura corporal.
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Por su parte, el hipotálamo, que actúa como el termostato del cuerpo, puede percibir erróneamente que el cuerpo está sobrecalentado debido a los cambios hormonales. Esta percepción incorrecta activa mecanismos de enfriamiento, como la dilatación de los vasos sanguíneos y la sudoración, para disipar el calor, lo que resulta en un bochorno.
Además, la activación del sistema nervioso simpático, que controla las respuestas de "lucha o huida", puede causar una sensación repentina de calor junto con palpitaciones y sudoración, estos cambios fisiológicos pueden interrumpir el sueño y afectar la calidad de vida de las mujeres que están atravesando por la menopausia.