Los perros se han convertido en los compañeros más fieles de los humanos, por lo que cada vez se toma más consciencia sobre los cuidados que se necesitan para que los lomitos tengan una vida digna sin importar la etapa en la que se encuentren. Y si bien es importante darles atención médica a cualquier edad, cuando entran a la vejez eso se vuelve aún más necesario ya que algunos perros están en riesgo de desarrollar demencia durante estos años.
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¿Cuáles son los síntomas de demencia en los perros viejitos?
Según veterinarias expertas, la demencia canina es una condición neurodegenerativa que afecta principalmente a perros mayores, similar a la enfermedad de Alzheimer en humanos, este padecimiento se debe a una disminución en la función de neurotransmisores y la pérdida de neuronas en el cerebro.
Fotografía: Freepik.
Esta condición puede llevar a cambios de comportamiento y una disminución en la calidad de vida de las mascotas, y es de suma importancia identificar los síntomas de este padecimiento para proporcionar un tratamiento adecuado y mejorar su bienestar. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Desorientación y confusión: los perros pueden perderse en su propia casa o no reconocer a personas familiares.
- Cambios en los hábitos de sueño: pueden dormir más durante el día y estar despiertos y desorientados durante la noche.
- Pérdida de memoria: olvidar comandos entrenados, rutinas diarias o incluso su propio nombre.
- Ansiedad e irritabilidad: aumento en la ansiedad y comportamientos irritables sin motivo aparente.
- Pérdida de habilidades de entrenamiento: pueden olvidar hábitos de entrenamiento como la casa limpia.
- Cambio en la interacción social: pueden volverse más solitarios o, en algunos casos, excesivamente dependientes.
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Si has identificado alguno de estos síntomas en tu lomito de la tercera edad, es importante acudir a una revisión con tu veterinario de confianza, ya que el diagnóstico de la demencia canina generalmente se basa en la observación de síntomas y en la exclusión de otras posibles enfermedades. Una vez que se haya identificado este padecimiento, hay algunos tratamientos para mejorar la calidad de vida de tu lomito, tales como:
- Medicamentos: existen medicamentos específicos que pueden ayudar a reducir los síntomas de la demencia canina. La selegilina, por ejemplo, es un inhibidor de la monoaminooxidasa que puede mejorar las funciones cognitivas.
- Suplementos sutricionales: ácidos grasos omega-3, antioxidantes (vitaminas E y C) y otros nutrientes pueden ayudar a mejorar la función cerebral.
- Dieta especializada: según la revista "VetRecord", una dieta rica en antioxidantes y ácidos grasos esenciales puede tener un efecto positivo en la salud cognitiva de los perros.
- Estimulación mental: mantener a los perros mentalmente activos a través de juegos, entrenamiento y nuevas experiencias puede ayudar a ralentizar la progresión de la demencia.
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¿Cómo prevenir la demencia en los perros?
Aunque la demencia canina no se puede prevenir completamente, hay varias estrategias que pueden ayudar a retrasar su aparición y reducir la severidad de los síntomas; algunas veterinarias expertas han hecho una pequeña guía para tener mejores prácticas basadas en estudios y recomendaciones, tales como:
Alimentación balanceada y nutritiva
- Ácidos Grasos Omega-3: estos nutrientes, que se encuentran en el aceite de pescado y ciertos suplementos, son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para mejorar la función cognitiva.
- Antioxidantes: vitaminas como la E y C, así como otros antioxidantes presentes en frutas y verduras, ayudan a combatir el estrés oxidativo, que puede dañar las células cerebrales.
- Suplementos específicos: el uso de suplementos nutricionales diseñados para la salud cerebral, como el s-adenosilmetionina (SAMe) y el ginkgo biloba, puede ser beneficioso bajo la supervisión de un veterinario.
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Ejercicio físico regular
- Caminatas diarias: las caminatas diarias proporcionan estímulos visuales y olfativos que pueden mantener la mente del perro activa.
- Juegos de persecución y recuperación: estos juegos no solo son físicos, sino que también requieren que el perro piense y planifique sus movimientos.
Estimulación mental constante
- Juguetes interactivos: juguetes que requieren que el perro piense, como los rompecabezas alimenticios, pueden mantener su cerebro activo.
- Entrenamiento continuo: incluso los perros mayores pueden aprender nuevos trucos. El entrenamiento constante no solo refuerza comandos antiguos, sino que también introduce nuevos desafíos mentales.
- Nuevas experiencias: introducir al perro a nuevos lugares, olores y sonidos puede mantener su mente alerta y activa.
Rutinas consistentes
- Horarios fijos para comer y dormir: establecer horarios fijos para las comidas y el sueño puede proporcionar una sensación de seguridad y previsibilidad.
- Entorno familiar: mantener el entorno del perro familiar y evitar cambios drásticos puede ayudar a reducir el estrés.
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Atención veterinaria regular
- Revisiones de salud: las revisiones de salud periódicas pueden ayudar a detectar problemas antes de que se agraven.
- Asesoramiento nutricional: un veterinario puede proporcionar recomendaciones específicas sobre la dieta y los suplementos más adecuados para el perro.
- Medicamentos preventivos: en algunos casos, los veterinarios pueden recomendar medicamentos para retrasar la aparición de la demencia.
Control del estrés
- Ambiente tranquilo: proporcionar un ambiente tranquilo y libre de estrés puede ser beneficioso.
- Técnicas de relajación: técnicas como los masajes o la musicoterapia para perros pueden ayudar a reducir el estrés y promover la relajación.