Envejecer es algo natural. En todas las culturas, durante todo el tiempo, se ha aceptado de forma relativamente orgánica el llamado ciclo de la vida: nacemos, crecemos, nos reproducimos, envejecemos y morimos.
Sin embargo, el proceso por el que los seres humanos envejecen sigue siendo un misterio, aún para los científicos. De hecho, de acuerdo con los Servicios de Salud del Reino Unido, existen por lo menos 300 teorías sobre este tema.
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Los estudios han determinado algunos factores en común en lo que se refiere al envejecimiento humano: por lo menos que éste depende de factores intrínsecos, es decir, debido al desgaste natural del cuerpo, y extrínsecos, los cuales tienen que ver con las elecciones que hacemos.
Hasta el momento, los científicos señalan que es virtualmente imposible detener totalmente los procesos que llevan al envejecimiento del organismo pero, al mismo tiempo, existen algunos factores que sí están en nuestras manos para vivir de mejor manera.
¿Cómo envejece el ser humano?
Al parecer, nuestro envejecimiento depende de las células. De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Max Planck, con el tiempo, nuestras células van perdiendo la capacidad de dividirse y recuperarse, acumulando daño irreversible a nivel celular.
En un nivel superior, este daño celular hace que los tejidos de nuestros órganos internos se desgaste gradualmente de forma natural. El tercer factor que señalan los investigadores tiene que ver con la degradación de nuestro sistema inmune, el cual poco a poco se vuelve algo “ciego”, atacando las células buenas y no solo las infecciones.
Otros factores tienen que ver con los telómeros, unas pequeñas partículas al final de las cadenas de ADN que funcionan de forma similar a los protectores de las agujetas, impidiendo el desgaste de las valiosas cadenas. Pero con el tiempo, éstas desaparecen para dejar desvalido al material genético.
La predisposición genética tiene un valor importante en el envejecimiento, sobre todo en la aparición de enfermedades hereditarias que aceleran el desgaste normal del organismo. Y también la pérdida de funciones mentales está directamente asociada con el desgaste celular y de los neurotransmisores.
Lo más importante, de acuerdo con los investigadores, es que existen factores que sí dependen de nosotros. Por ejemplo, la aparición de arrugas, que es uno de los síntomas más comunes del envejecimiento, está estrechamente ligado con la exposición a los rayos UV. Mientras normalmente perdemos desde los 20 años un uno por ciento de capacidad para producir colágeno, ese daño se multiplica exponencialmente para quienes trabajan bajo el rayo del sol.
Fumar, beber alcohol, consumir drogas e incluso tener una dieta muy poco balanceada, con un alto consumo de alimentos procesados, puede dañar tus células y acelerar el envejecimiento. Evitar estas conductas es una llave hacia la ralentización de este efecto natural.