En México muchas personas están “solas”. Según el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística (INEGI), hay 46.4 millones que no tienen pareja, de los cuales 34.2% están solteros, también separados (5.2%), viudos (4.8%) y divorciados (2%). Recientemente, la Profeco, por medio de la Revista del Consumidor, presentó un análisis sobre en qué cosas gastan y los resultados son interesantes.
Las tendencias de consumo de los solteros en México revelan preferencias y hábitos únicos. Un estudio de Wavemaker señala que, al tener un mayor poder adquisitivo comparado con las familias tradicionales, los solteros tienden a socializar más y a pasar más tiempo al aire libre.
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¿En qué gastan los solteros en México?
Este grupo demográfico muestra una inclinación por comer fuera de casa y hacer compras de alimentos más frecuentes, aunque en menor cantidad. Interesantemente, destinan un 16% de sus ingresos a gastos de automóvil y un 12% a disfrutar en bares y restaurantes, lo que indica que les gusta invertir en experiencias de ocio y entretenimiento, como ropa y viajes, entre otras necesidades.
Pero desde el punto de vista financiero, los solteros enfrentan desafíos únicos. Al depender exclusivamente de sus ingresos para cubrir sus necesidades, su costo de vida tiende a ser más elevado. Esto se refleja también en el ámbito del crédito, donde para acceder a productos como hipotecas, deben demostrar solidez en su historial financiero sin el apoyo de un segundo ingreso.
¿Qué estados tienen más solteros?
Las entidades con mayor porcentaje de personas solteras, como la Ciudad de México (38.1%), Jalisco (36.6%) y Baja California (35.4%), podrían considerarse focos de interés para entender más a fondo estas tendencias de consumo. La información subraya la importancia de reconocer y adaptarse a las necesidades y comportamientos de este grupo creciente, para así diseñar estrategias de mercado y productos financieros que se alineen con sus expectativas y realidad.
Es importante recordar, como menciona Abigail Brenner, en una artículo de Psychology Today, que contrario a la percepción popular, moldeada en parte por una sociedad que estigmatiza el aislamiento, la soledad no es inherentemente negativa. La experta sostiene que es crucial diferenciar entre estar solo y sentirse solo. Mientras que el primero puede ser una elección deliberada de introspección y autoexploración, el segundo es a menudo un estado de carencia, un anhelo por conexión y pertenencia no satisfecho.