TIPS DE LIMPIEZA

Trucos, así puedes desinfectar las almohadas para evitar manchas de moho y saliva

Estos artículos también pueden convertirse en un foco de infección, por lo que es importante asearlos de manera regular

ESTILO DE VIDA

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Este truco te ayudará a mantener tus almohadas en perfecto estado.Créditos: Freepik

Nuestra cama es uno de los espacios más sagrados que tenemos, ya que es donde podemos descansar y olvidarnos del mundo; pero además de las sábanas y cobijas, otro de los elementos indispensables para tener un sueño reparador son las almohadas que aunque no lo creas pueden acumular fácilmente manchas de saliva y hasta moho si no se les presta la debida atención, porque a pesar de que solemos lavar regularmente las sábanas y las cobijas, las almohadas suelen ser pasadas por alto debido a su peso y volumen.

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¿Cómo desinfectar las almohadas de manera correcta?

Lavar las almohadas puede resultar todo un desafío debido a que se vuelven demasiado pesadas una vez que se encuentran mojadas y las lavadoras convencionales no están diseñadas para un uso tan rudo, además, secarlas por completo puede tardar demasiado. A pesar de esto, es importante desinfectarlas de vez en cuando para así evitar problemas de la piel y otros padecimientos y si no sabes cómo hacerlo correctamente, aquí te dejo una técnica muy sencilla para lograrlo.

Para desinfectar las almohadas, se recomienda emplear métodos específicos que aseguren su limpieza y prolonguen su vida útil.
Fotografía: Freepik.

Instrucciones para desinfectar y limpiar almohadas:

  1. Sumerge la almohada en una mezcla de agua y bicarbonato de sodio, asegúrate de que esté completamente cubierta y déjala en remojo durante al menos una hora. El bicarbonato de sodio es un agente desodorizante y desinfectante natural que ayudará a eliminar los olores y las bacterias.
  2. Una vez que haya terminado el remojo, retira la almohada y escúrrela para eliminar el exceso de la mezcla, luego, colócala en la lavadora junto con tu jabón líquido y algunas prendas livianas para equilibrar la carga. Programa la lavadora para un ciclo de lavado suave y asegúrate de enjuagar dos veces para eliminar cualquier residuo de jabón en la tela.
  3. Después del lavado, retira la almohada de la lavadora y exprime suavemente para eliminar el exceso de agua; colócala al aire libre para que se seque al sol, esto ayudará a eliminar las bacterias y los olores restantes, dejando la almohada fresca y limpia.
Siguiendo estos pasos, podrás mantener tus almohadas limpias, frescas y libres de gérmenes, lo que contribuirá a un ambiente de descanso más saludable y confortable.
Fotografía: Freepik.

Si no cuentas con una lavadora, aquí tienes otra opción:

  1. Mezcla agua y bicarbonato de sodio en un recipiente lo suficientemente grande como para sumergir la almohada. Deja que la almohada repose en la mezcla durante al menos 30 minutos para permitir que el bicarbonato de sodio haga efecto.
  2. Después del remojo, retira la almohada y frota suavemente con un cepillo y jabón líquido. Asegúrate de cubrir toda la superficie y prestar especial atención a las áreas manchadas.
  3. Una vez que hayas limpiado toda la almohada, enjuágala cuidadosamente para eliminar cualquier residuo de jabón y exprime suavemente para eliminar el exceso de agua, después colócala al sol para que se seque completamente. Deja que se seque durante un día completo para asegurarte de que esté completamente libre de humedad.
Además del lavado regular, es importante proteger las almohadas con fundas lavables que actúen como barrera contra la acumulación de suciedad y líquidos.
Fotografía: Freepik.

¿Cuáles son las consecuencias de no lavar las almohadas con regularidad?

Las almohadas acumulan sudor, aceites corporales y células muertas de la piel con el tiempo, lo que crea un ambiente propicio para la proliferación de gérmenes y bacterias, esto puede aumentar el riesgo de infecciones cutáneas y respiratorias, así como provocar alergias y problemas respiratorios.

De la misma forma, las almohadas no lavadas regularmente proporcionan un lugar ideal para la proliferación de ácaros del polvo, microorganismos diminutos que se alimentan de escamas de piel humana y pueden desencadenar síntomas alérgicos en personas sensibles. Por otra parte, la acumulación de sudor y aceites corporales en las almohadas puede provocar la aparición de olores desagradables, lo que puede afectar la calidad del sueño y el confort general.

La falta de lavado regular puede provocar la acumulación de manchas de saliva, sudor y otros fluidos corporales en las almohadas.
Fotografía: Freepik.