Lavar la ropa es una de las responsabilidades que todas las personas deben ejecutar, ya que es algo indispensable para la supervivencia diaria. Pero más allá de las mezclas de jabón y las mejores marcas de suavizantes, existe un detalle que muchos olvidan ya que nos han hecho creer que todas las prendas deben lavarse después de ser usadas una vez y esto forma parte de un mito ya que expertas en la moda han explicado que la ropa puede resistir más de una puesta.
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¿Cada cuánto debo lavar la ropa para que no se dañe?
Si bien no existe una medida estándar de cada cuánto debes echar a la lavadora tu ropa, expertas en moda afirman que además de lavarlas cada que se ensucian con algo o huelen mal, este tiempo depende de cada prenda y el uso individual, pero hay algunas recomendaciones que puedes tomar en cuenta cuando tu ropa no es de "uso rudo" y aquí te las comparto.
Fotografía: Freepik.
- Camisas o blusas: cada dos o tres puestas.
- Cardigan o suéteres: de cuatro a cinco puestas.
- Ropa interior: se debe lavar diariamente, o sea, cada que te cambies.
- Vestidos: resisten dos o tres puestas.
- Camisetas o playeras: de dos a tres puestas.
- Blazer o chamarras: de cuatro a cinco puestas y recuerda seguir las instrucciones de lavado para evitar daños.
- Ropa deportiva: lavar después de usar.
- Jeans: resisten de tres a seis puestas.
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¿Qué consecuencias trae lavar la ropa en cada puesta?
- Desgaste acelerado: la fricción causada por el lavado frecuente puede provocar un desgaste prematuro de las telas y esto es especialmente notable en tejidos delicados o sensibles.
- Pérdida de color: los detergentes y el agua caliente pueden hacer que los colores de las telas se desvanezcan con el tiempo, especialmente si se lavan con frecuencia. Esto puede hacer que la ropa luzca vieja o desgastada más rápidamente de lo esperado.
- Encogimiento o deformación: algunas telas son más propensas a encogerse o deformarse con el lavado frecuente, especialmente si se utilizan temperaturas altas o si se secan en secadora.
- Daño a las fibras: los productos químicos presentes en los detergentes pueden debilitar las fibras de las telas con el tiempo, lo que puede hacer que la ropa sea menos duradera y más propensa a desgarrarse o rasgarse.
- Mayor acumulación de residuos: si no se enjuaga adecuadamente, el exceso de detergente y otros productos químicos pueden acumularse en las telas, lo que puede hacer que la ropa se sienta rígida o áspera al tacto.
Fotografía: Freepik.