Los fumadores tienen un riesgo aumentado de padecer problemas oculares que es directamente proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día. El hipertiroidismo autoinmune, o enfermedad de Graves Basedow, es una patología derivada del exceso de hormona tiroidea en el cuerpo y que, hasta en un 20 por ciento de los pacientes, provoca síntomas oculares.
El principal factor de riesgo de afectación ocular, pues este hábito se relaciona con las presentaciones más severas de la enfermedad, además de perjudicar la respuesta a los tratamientos. Esto se debe a que los altos niveles de anticuerpos 'antiTSi' en sangre son también causa importante de los efectos oculares de la patología tiroidea, ya que desencadenan una respuesta inflamatoria en los tejidos circundantes al globo ocular, es decir, en el tejido orbitario.
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¿Hay tratamiento para las afecciones por fumar?
Según el grado de inflamación, los síntomas pueden ir desde leves, como una molestia ocular o cambios en la morfología ocular, hasta síntomas graves que pueden amenazar la visión, de acuerdo con expertos con expertos del Servicio de Oftalmología en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles.
El tratamiento de la oftalmopatía tiroidea depende del grado de actividad y severidad de la misma, valorado por medio de unas escalas y una correcta exploración en consulta. De esta manera, puede tratarse de un abordaje sintomático de irritación ocular con lubricantes oculares, o bien es posible que se requieran tratamientos médicos hospitalarios en los casos más avanzados.
La OMS recomienda dejar el hábito de fumar
La OMS enfatiza que no existe un nivel seguro de exposición al tabaco, lo que significa que cualquier cantidad de consumo es perjudicial. Expone que además hay impactos negativos tanto para los fumadores como para quienes están expuestos al humo de segunda mano. Según cifras oficiales, el tabaco mata a más de 8 millones de personas al año. El tabaco no solo es la causa principal de enfermedades respiratorias crónicas, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), sino que también incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cáncer, especialmente el de pulmón.
Además, el consumo de tabaco se ha vinculado con un mayor riesgo de complicaciones graves y muerte en pacientes hospitalizados por COVID-19. A pesar de la falta de estudios definitivos sobre la relación entre el hábito de fumar y la infección por SARS-CoV-2, los análisis indican una asociación significativa entre fumar y la gravedad de los resultados de COVID-19.
Con información de Europa Press