DÍA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

La empatía es clave para prevenir el suicidio: Maureen Terán

La empresaria y filántropa señala que hace falta más comprensión por parte de la sociedad hacia las personas que han contemplado el suicidio

ESTILO DE VIDA

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El suicidio es uno de los problemas de salud más difundidos en la actualidad.Créditos: Pexels

Es un hecho: el número de suicidios ha aumentado gradualmente, especialmente después de la pandemia. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, es uno de los temas más importantes a atender en la agenda sanitaria de la región y, por ello, el 10 de septiembre se realiza el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

“El estigma social y la falta de conciencia siguen siendo barreras importantes para buscar ayuda para el suicidio, lo que pone de relieve la necesidad de alfabetización en salud mental y campañas contra el estigma”, detalla la dependencia.

Las personas que han tenido pensamientos suicidas enfrentan, algunas veces, la incomprensión. Foto: Pexels

Luchar contra el estigma social no es sencillo. De acuerdo con la empresaria y filántropa Maureen Terán, hace falta tener una visión empática para poder comprender a quienes toman esta difícil decisión.

“Hay mucho camino todavía qué recorrer sobre el tema. Es visto todavía como cobardía, que lo hace una persona loca o quién sabe qué le habrá pasado y por qué se suicidó, son a veces las respuestas que hay alrededor de la persona que decide quitarse la vida.

El suicidio no se da porque te quieras quitar la vida de un día al otro, yo siempre he dicho que una persona que tiene intentos de suicidio para mí no es una persona cobarde, para mí es una persona valiente, porque a lo que le está diciendo adiós no es a la vida, a lo que le está diciendo adiós es ese dolor emocional que ha venido cargando durante muchísimo tiempo y que nadie le ha dicho cómo sanarlo”, señala. 

Un mal incomprendido

De acuerdo con expertos, la decisión de atentar en contra de su propia vida es la última opción a la que acceden las personas que pasan por crisis de salud mental o emocional. Sin embargo, a menudo las primeras señales son ignoradas tanto por quien las padece como por sus seres cercanos.

“Seguramente tienen miedo a ser rechazados o a sentirse vulnerables ante la gente, porque la manera en cómo nos educan desde que estamos chicos es ‘eres fuerte, tú puedes salir adelante, todo está en la mente, échale ganas’ y si te ven vulnerable o sensible te dicen ‘siempre hay una persona que está peor que tú’”, destaca Terán.

La Organización Panamericana de la Salud aconseja que, ante la presencia de una persona con una crisis que puede desencadenar un evento suicida, hay que escuchar con calma y sin juzgar la situación.

La empatía es vital para generar confianza y hablar sobre los padecimientos mentales. Foto: Pexels

Lo primero que tenemos que hacer como sociedad es ser empáticos, no tomar a la ligera cuando una persona se nos acerca y dice: ‘¿sabes qué? Ya llevo varios meses que me siento mal, que me siento apático, no tengo ganas de vivir’ y hay veces que ese tipo de frasecitas las minimizamos. 

“Esa persona siente un vacío en su vida y no tiene ese motor que le permite seguir adelante. Una parte importante es escuchar, ser empático con esa persona y poco a poco, si no está abierto a tomar terapia o ir con algún especialista, aconsejarlo”, argumenta.

Sufrimiento familiar y suicidio

La decisión de terminar con la vida también afecta al entorno familiar. La sensación de impotencia, los problemas mentales e incluso las discusiones poco a poco minan también la estabilidad de las personas que rodean a los suicidas.

“Es una huella de dolor que se queda, algo bastante fuerte, de cuestionamientos y también preguntarse ‘¿qué hubiera pasado si hubiera estado consciente, si hubiera ayudado a esa persona?’ Y hay veces que hasta da pena decir que un familiar se suicidó, porque se sienten juzgados. 

Los deudos de las personas que terminan con su vida también sufren incomprensión. Foto: Pexels

Esa gente también necesita empatía del entorno en el que se desenvuelven”, aconseja.

Si sufres o conoces a alguien que necesita ayuda puedes llamar al número de atención telefónica Línea de la Vida 800 911 2000. Funciona las 24 horas de los 365 días del año a nivel nacional. Los especialistas te acompañan de manera personalizada dando seguimiento a tu necesidad hasta la conclusión de la misma.