Cuando se habla de inteligencia emocional, se habla de la la habilidad de entender, usar y administrar las emociones propias, así como reconocer y responder adecuadamente a las emociones de los demás. Esto va a permitir relacionarnos de manera asertiva, que nos comprendan en profundidad y manejar situaciones complejas de manera constructiva, tratando de resolver la mayoría de los conflictos que se nos vayan presentando en la rutina diaria. Aunque suena fácil, para algunas personas les cuesta adquirir estas prácticas de manera natural.
La inteligencia emocional, como toda habilidad, se puede desarrollar y ejercitar. Una ventaja es que se puede practicar en cualquier área, ya sea en el trabajo, pareja, familia, amigos, u otro tipo de interacción interpersonal que se presente en el día. Como toda rutina que se ejercita, llegará el momento en que se adquiera experiencia y se notarán con más naturalidad las expresiones asertivas, ya sea una situación positiva o negativa.
¿Cómo ejercitar la inteligencia emocional?
Psicólogos, médicos y otros especialistas en la salud emocional y mental se han dado a la tarea de investigar técnicas y estrategias que faciliten el practicar esta habilidad. Uno de ellos es Alexis Alderete, licenciado en Psicología y especialista en trastornos de ansiedad y entrenamiento en habilidades, consultado por la revista Ohlalá. El experto de las emociones resume 3 estrategias:
- Tomarse unos minutos para autorreflexionar: aprender a reconocer las propias emociones y cómo éstas nos afectan es vital. Por ejemplo, si nos sentimos tristes, tratar de entender por qué y lograr volver a un estado de calma.
- Meditar: tomarse un tiempo para observar las emociones e impulsos que van surgiendo durante el día sin juzgarlos. Tal vez empezar a probar con 5 minutos al día e ir incrementando gradualmente el tiempo.
- Empatía: durante una interacción con otras personas, tratar de ver su punto de vista, colocándonos en "sus zapatos" y entender sus emociones.
¿Cuáles son los 4 tipos de inteligencia emocional?
Daniel Goleman, autor de inteligencia emocional, un libro que se convirtió en un auténtico best-seller, propuso la idea de que la gestión positiva de las emociones era más determinante para el éxito en la vida que el coeficiente intelectual. Para él, las emociones son poderosas y dominarlas es la pura esencia de la inteligencia emocional. En su obra, el psicólogo y periodista identifica algunos aspectos principales de este tipo de inteligencia:
- Autorregulación: se refiere a la capacidad de controlar las emociones, ya sean negativas o positivas, con el fin de mantener un comportamiento más adecuado a la práctica profesional
- Motivación: representa la voluntad de logro, y ambición, independientemente de los obstáculos
- Empatía: según Goleman, no significa adoptar las emociones de otras personas como propias y tratar de complacer a todo el mundo.
- Habilidad social: se refiere a la capacidad de un líder de aprovechar las relaciones para promover sus ideas, a través de la simpatía, confianza y respeto.
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