Los electrodomésticos son algunos de los objetos del hogar que sufren más el paso del tiempo y el deterioro. Además, al ser usados con frecuencia, pueden ser más propensos a ensuciarse y percudirse, tanto por fuera como por dentro.
Ya sea para los artefactos de color blanco que se encuentran en la cocina, en las habitaciones, en el cuarto de lavado o en espacios al aire libre, siempre existen las posibilidades de que se manchen y se tornen amarillos con el paso del tiempo. Esto se puede evitar con una constante limpieza, pero a veces se torna difícil quitar toda la suciedad o coloración adquirida.
El bicarbonato de sodio como aliado de limpieza
Para evitar que los electrodomésticos (sobre todo los de colores claros) se tiñan de tono amarillento, lo ideal es realizar una limpieza profunda una vez al mes. Esto quiere decir que hay que revisarlos por fuera y por dentro. Para este tipo de artefactos, puedes acudir a tres elementos:
- Bicarbonato de sodio
- Agua
- Paño húmedo
Solo mezcla en partes iguales las sustancias, coloca la solución en un recipiente con atomizador y luego humedece el paño para frotar por las zonas a limpiar. En el caso de las neveras, limpia bien el exterior, los cajones, las repisas y las agarraderas.
En el caso del microondas, asegúrate de pasar la mezcla por el cristal de la puerta y la bandeja giratoria. Si limpias la lavadora, no olvides frotar la solución en los compartimentos donde se acumula el jabón. El bicarbonato de sodio ayudará a devolverles la blancura a los electrodomésticos y a eliminar olores impregnados.