"CRISIS LOCAL DE PLAGIO"

Artesanas acusan a Dior de apropiación cultural por usar bordados tradicionales: "Vemos un fenómeno que nos alarma"

Tras ver la colección Cruise 2024 de la marca de lujo externaron su preocupación porque sus diseños terminen masificados en el fast fashion

ESTILO DE VIDA

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Deslindan responsabilidades a los artesanos que trabajaron junto a la firma de lujo. Créditos: Instagram @dior

La polémica respecto a la colección Cruise 2024 de Dior no ha llegado a su fin y tras varias semanas de que la firma francesa conquistó el Colegio de San Ildelfonso en la Ciudad de México, la críticas, reclamos y acusaciones de apropiación cultural siguen dando mucho de qué hablar y ya no sólo por parte de la sociedad, sino también por parte de las artesanas de distintas regiones del país. 

En redes sociales se ha hecho viral una publicación de Cadena Cadenilla en donde artesanas y artesanos mexicanos acusaron a Dior de apropiación cultural y además externaros su preocupación porque la marca de lujo es un referente para la llamada moda del fast fashion y tener bordados tradicionales presentes en una colección como la de Cruise 2024 implicaría que cada vez más se lleve al mundo un trabajo hecho en masa y que pierde su significado y valor histórico. Para ello, hicieron énfasis en uno de los diseños presentados, el huipil de cadenilla. 

"En la región, actualmente se vive una crisis local de plagio, imitación e industrialización de nuestro huipil", explicaron no sin antes añadir que "nos han educado con la falsa idea que solo creaciones de ese tipo (de lujo) tienen un valor amplio y verdadero". 

Sin embargo, un bordado tradicional como el de cadenilla presente en los huipiles tiene una larga historia de por lo menos un siglo y que en regiones como el Istmo de Tehuantepec ha dado "identidad a las mujeres", eso sin mencionar las concepciones de la vida diaria en las que destacan el cosmos, el mar o los animales. "Al aparecer en una pasarela de Dior nos expone ampliamente. Nos representa y ofrece nuestras creaciones a un mundo con dinámicas creativas globalizadas que nada tienen que ver con nuestra manera de producir", señalaron. 

En ese mismo sentido, las y los artesanos agregaron que empresas masivas del fast fashion durante años han replicado sus bordados y diseños tradicionales, es por ello que ante la colección de Dior les alarma cuán tiempo pasará hasta que una prenda tradicional mexicana como el huipil de cadenilla sea "presentado a un precio más barato y hecho en tela sublimada o bordado en una máquina industrial", destacaron. 

Artesanos alzan la voz en contra de las grandes marcas

El desfile de Dior en la Ciudad de México abrió de nuevo el debate que por años ha causado controversia, pues mientras los propios artesanos y activistas han acusado de apropiación cultural a las grandes marcas de moda, otros acusan de "inspiración" a la hora de crear diseños con bordados. Ante ello, varios grupos han relatado sus experiencias con trabajos mal pagados, piratería e incluso el robo. 

En conversación con El Heraldo de México Angelina Evaristo Pérez y su hijo Vicente Apóstol del "Telar Amuzga", y Fabiola Clavel Santiago de "A mano oaxaqueña" recordaron cuáles son algunos de los mayores retos a los que se enfrentan con la apropiación cultural, como las estafas y la falta de reconocimiento de sus trabajos hechos a mano y que en la mayoría de las ocasiones requiere de más de dos semanas de bordado. 

Las líderes de ambos proyectos destacaron que hay personas que viajan hasta las comunidades para robarles o comprar prendas a bajos costos y revenderlos a precios elevados, algo contra lo que muchas veces no pueden hacer nada por el poder de las grandes empresas. 

Con ayuda de la traducción al español de su hijo Vicente, Angelina, recordó que un grupo de personas llegó a la comunidad "y de repente juntaron a varias artesanas para comprarles los huipiles y todo esto, pero dentro de esto compraron a bajo costo y a aparte de esto, les robaron a varias las piezas". Por otro lado, reafirman una de las problemáticas de las que más se suele hablar sobre los diseños de mujeres indígenas. 

"También hay grandes empresas que hacen lo mismo, vienen a explotar, a comprar, pero a muy bajos precios, engañando y ya después se van y empiezan a decir que las cosas son suyas. Por las grandes plataformas que tienen es muy difícil hacerles la lucha y demostrar de dónde se hace, de dónde somos". 

Por su parte, Fabiola recuerda que no ha visto plagios de los bordados de San Juan Colorado; sin embargo, las artesanas con las que actualmente trabaja antes llegaron a vender sus diseños a firmas internaciones. "Yo les dije: 'No se me hace justo que ustedes les vendan un huipil en 2 mil y ellas los den en 30 mil', como hacerles conciencia y así empezó", explica.