El calor no cede en el territorio nacional. Para los próximos días, la Comisión Nacional del Agua ha pronosticado que incluso se llegará a 45 grados en algunos puntos del país, lo cual hace que el panorama no sea distinto en el corto plazo.
La radiación ultravioleta es especialmente peligrosa en el caso de los más pequeños. Según datos de la Academia Norteamericana de Dermatología, una quemadura solar que cause ampollas, si se produce durante la infancia, es dos veces más probable que se convierta en un melanoma o incluso derive en cáncer en la piel.
"Mientras más exposición a los rayos ultravioleta tenga un niño, especialmente cuando es más pequeño, y mientras más quemaduras solares tenga, mayor será el riesgo de tener cáncer de piel más adelante en su vida", asegura la doctora Megha Tollefson, dermatóloga pediátrica de la Clínica Mayo.
Según la experta, las quemaduras solares no solo son dolorosas en el momento, sino que pueden infectarse y, con ello, ocasionar problemas más graves en las delicadas pieles de los más pequeños.
¿Cómo proteger a los niños del sol?
De acuerdo con la doctora, lo mejor es no exponer a los bebés al sol en los horarios de mayor radiación ultravioleta, entre las 10:00 y las 16:00 horas, pero si no es posible, hay que vestirlos con prendas ligeras de manga larga y sombreros.
A la hora de elegir un protector solar, Tollefson señala que los mejores son aquellos que tienen dióxido de titanio y óxido de zinc, pues sus partículas bloquean la mayor parte de la radiación sin tener un riesgo de irritación por componentes químicos.
"Recomendamos que, a esa edad, los padres usen protectores solares con bloqueadores físicos en lugar de químicos, porque son mejores para la piel sensible", destaca.
La aplicación del filtro debe hacerse por lo menos una vez cada dos horas, o inmediatamente después de que el niño se haya mojado o haya sudado, puesto que los líquidos pueden disminuir su eficacia.