¿De almendra, soya o coco? Aunque cada vez existen más alternativas a la leche, de acuerdo con la reglamentación nacional ninguna de las bebidas de origen vegetal pueden utilizar esta denominación.
Según la Norma Oficial Mexicana que rige la producción y venta de leche, como tal solo se puede vender la obtenida de las vacas, por lo que las “leches” de avena, arroz o cualquier otro ingrediente, no pueden comercializarse bajo este nombre.
“La leche es el producto obtenido de la secreción de las glándulas mamarias de las vacas, sin calostro, el cual debe ser sometido a tratamientos térmicos u otros procesos que garanticen la inocuidad del producto; además puede someterse a otras operaciones tales como clarificación, homogeneización, estandarización u otras, siempre y cuando no contaminen al producto y cumpla con las especificaciones de su denominación”, señala la ley.
De acuerdo con la norma, promulgada en 2003, la leche puede presentarse bajo uno de los tres procesos primarios aprobados por las autoridades sanitarias, los cuales son la ultrapasteurización, pasteurización o el microfiltrado ultra, los cuales emplean calor y presión para eliminar cualquier agente patógeno.
A ello se le puede añadir un segundo proceso, entre los que se incluyen la evaporación, donde se le retira un porcentaje de agua; la condensación, donde se le aplica presión y se le añade azúcar o la deshidratación, donde se le retiran los líquidos en su totalidad.
Algunas de las marcas más económicas que puedes encontrar en los mercados, no son leche totalmente, sino productos lácteos, los cuales contienen un mínimo de 22 gramos por litro de componentes de la leche y se adicionan con grasas vegetales.
Sin embargo, las bebidas hechas en su totalidad con grasas o compuestos vegetales, lo que incluye las nueces, cereales y leguminosas, no pueden ser etiquetadas o vendidas como leche, de acuerdo con las normas vigentes en el país.